Estudiantes de la Universidad de Nueva York celebran su graduación el 19 de mayo. (Foto: Liao Pan/ China New Service)
Por Lia Zhu
A pesar de que sus padres querían que fuera a una universidad en Estados Unidos, He Tianhao después de graduarse de la Universidad de California, San Diego, el verano pasado optó por continuar sus estudios en sistemas autónomos de una institución europea.
Para prepararlo para la universidad, sus padres lo enviaron a una escuela secundaria internacional en Beijing, donde muchos estudiantes tenían como objetivo poder asistir a una institución de educación superior en Estados Unidos.
"La universidad fue genial. El ambiente académico era genial. Los profesores fueron geniales. Todo sería genial si pudieras vivir en el campus para siempre", admite He.
Llegó a EEUU en el otoño del 2016. Como estudiante internacional, sus cuatro años en el país se colmaron de acontecimientos.
Experimentó la prohibición de visa propuesta por la administración Trump para los estudiantes chinos, las restricciones de visa a dichos estudiantes en campus STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) por preocupaciones sobre "seguridad nacional", y el aumento del racismo y la violencia contra los chinos y otros asiáticos debido a la pandemia de COVID-19.
"Mi especialización de pregrado fue el aprendizaje automático, una de las áreas calientes bajo el escrutinio del gobierno. Los estudiantes chinos graduados en este campo tienen que renovar su visa cada año. Escuché que algunos se han quedado en China esperando varios años por la renovación", indicó He.
La pandemia complicó aún más los desafíos de la visa. El 31 de enero del año pasado, el gobierno de Trump impuso una prohibición de viaje a los no ciudadanos que estuvieron en China durante los 14 días previos al anuncio. Esta prohibición sigue vigente, pero en el mes de abril el gobierno de Biden hizo excepciones para los estudiantes internacionales de China y otros países.
Sin embargo, para Suzy Liu fue demasiado tarde, quien recibió el 4 de mayo un aviso para su cita de visado.
Bajo la exención, los estudiantes internacionales pueden solicitar visas si asisten a universidades a partir del 1º de agosto. Liu no es elegible, ya que se acaba de graduar de la Universidad Estatal de San Francisco.
A principios de enero del año pasado, ella regresó a China para unas vacaciones de 10 días.
"Nunca esperé que una estancia corta en China cambiaría mi trayectoria profesional para siempre", admite.
Liu planeaba entrar como profesora de estudios asiático-estadounidenses en la Universidad Estatal de San Francisco. Entonces, apareció la pandemia y se cerraron las embajadas y consulados de Estados Unidos. El año pasado, su cita para obtener el visado fueron canceladas cinco veces.
"Hay muchos estudiantes como yo. Tenemos un grupo de WeChat, en el que compartimos información y nos ayudamos mutuamente", destaca Liu.
Algunos estudiantes lograron transferirse a universidades en Reino Unido. Otros planeaban, antes de ingresar a Estados Unidos después de 14 días de cuarentena en el tercer país, volar a Singapur o Canadá para solicitar una visa.
"Después de considerarlo, mi familia y yo decidimos renunciar a ese objetivo porque no quería arriesgarme a un contagio", destaca Liu, quien se ha establecido en Qingdao, provincia de Shandong, como traductora.
Incluso si se reanuda el procesamiento de visas, los expertos de la industria han expresado su preocupación por la acumulación de solicitudes en las embajadas y consulados de los Estados Unidos después de más de un año de operaciones reducidas.
El verano pasado, solo se procesaron 160 visas de estudiante en China, mientras que en los tres veranos anteriores, se manejaron más de 70,000 visas, informó Open Campus, una organización de noticias sin fines de lucro dedicada a la educación superior.
Andrew Hang Chen, vicepresidente del Grupo de Interés de Miembros de China de la Asociación Nacional de Asesores de Estudiantes Extranjeros, inició una petición en línea al Departamento de Estado de Estados Unidos, alertándolo de lo que llamó "la crisis de las visas de estudiantes chinos".
“Sin el procesamiento de la visa F-1 para los estudiantes chinos, su desaparición de los campus estadounidenses en el año académico 2021-22 generará una crisis inminente, calcula Chen”.
De acuerdo a un informe del Instituto de Educación Internacional, el 90 por ciento de las universidades estadounidenses tienen como objetivo que los estudiantes internacionales regresen para el año académico 2021-22 a las clases presenciales, mientras que desde el otoño, el 77 por ciento de las universidades han demostrado un reforzado compromiso con el reclutamiento de estudiantes internacionales.
Pero con los desafíos de visas y las restricciones relacionadas con la pandemia, la pregunta que se está debatiendo es si el nivel de inscripción internacional en los colegios y universidades estadounidenses se podrá recuperar.
Caída de la inscripción
Antes de que surgiera la pandemia, la matrícula en la educación superior de Estados Unidos para estudiantes nacionales e internacionales había estado disminuyendo.
El Centro Nacional de Investigación de Intercambio de Información Estudiantil detalló que con las interrupciones causadas por la COVID-19, durante la primavera la inscripción cayó a nuevos mínimos. La matrícula general se redujo de 16.9 millones a 17.5 millones de clientes, marcando una caída internual de un 3.5 por ciento, siete veces más severa que la disminución del año anterior.
Durante dos décadas, hasta el año académico 2016-17 los colegios y universidades estadounidenses vieron aumentar anualmente las solicitudes de estudiantes internacionales.
China es la mayor fuente de este tipo de estudiantes en los EE.UU. Hubo más de 372,000 estudiantes chinos en el país durante el año académico 2019-20, un tercio de los más de un millón de estudiantes internacionales en el país, precisó un informe de Puertas Abiertas 2020 publicado por la Oficina de Asuntos Educativos y Culturales del Departamento de Estado y el Instituto de Educación Internacional.
Si bien el volumen de solicitantes internacionales a instituciones de educación superior de Estados Unidos aumentó este año, el año pasado hubo una caída del 18 por ciento en las solicitudes chinas según datos de enero de Common App.
Krysty Shen, estudiante graduada de la Universidad Estatal de San Francisco, considera que la retórica antichina y el racismo son vistos como factores importantes que disuaden a los estudiantes chinos de ir a Estados Unidos. Para su proyecto de estudios étnicos, Shen entrevistó a estudiantes chinos sobre cómo pasaron el año pasado.
"Estoy viendo esa tendencia de estudiantes chinos que eligen otros lugares en vez de EE. UU., o recomiendan ir a otros lugares", afirma Shen.
"Una de las preguntas que les hice a mis entrevistados es si recomendarían a otros que vinieran a los Estados Unidos para ir a la escuela. Su respuesta fue positiva porque muchas universidades estadounidenses están en la cima, aunque también expresaron que la gente debería entender que Estados Unidos no es tan grande como se representa, y que deberían tener una mejor comprensión sobre el racismo y la historia de ese país", agregó.
Brendan O'Brien, director de la Oficina de Estudiantes y Académicos Internacionales de la Universidad Estatal de Iowa, declaró al periódico local Iowa City Press-Citizen que los factores que contribuyen a una disminución en la inscripción internacional pueden incluir la percepción de que Estados Unidos ahora es un sitio menos acogedor para los estudiantes internacionales.
Suzy Liu, después de haber vivido en Estados Unidos durante siete años, incluidos cuatro años en la Universidad de Colorado, siente que los estudiantes chinos eran cada vez más inoportunos en el país.
El gobierno de Trump intensificó una ofensiva contra los estudiantes y académicos chinos al imponer restricciones de visas en ciertas áreas, cancelar visas para estudiantes con vínculos con el ejército chino y endurecer las visas H-1B para trabajadores altamente calificados.
"Una de las motivaciones para obtener un título estadounidense es la perspectiva de encontrar un trabajo en ese país, pero veo una actitud cada vez más desfavorable hacia los estudiantes e inmigrantes chinos", recalcó Liu.
En julio del año pasado, el gobierno de Trump anunció que los estudiantes internacionales de las instituciones educativas estadounidenses tenían que salir o se les prohibiría ingresar al país si sus escuelas se trasladaban a la enseñanza solo en línea en respuesta a la pandemia.
En contraste, Canadá y Reino Unido abrieron sus puertas a los estudiantes chinos e incluso aceleraron las solicitudes de visa. "En nuestro grupo de WeChat, muchos estudiantes dijeron que estaban considerando transferirse a universidades del Reino Unido o Canadá, y algunos padres dudaban sobre el envío de sus hijos a Estados Unidos", agregó.
Las universidades públicas de investigación estadounidenses son las más afectadas por una disminución en los flujos de estudiantes internacionales, ya que se han vuelto cada vez más dependientes de los ingresos de matrícula de estos estudiantes.
Desde la Gran Recesión en Estados Unidos, ocurrida hace más de una década, diferentes Estados han hecho recortes significativos en el gasto en educación superior. Los colegios y universidades respondieron a los recortes aumentando la matrícula y comenzaron a reclutar y admitir a más estudiantes internacionales que pagan bien.
Por ejemplo, la Universidad de California matriculó a 15.046 estudiantes internacionales en el otoño del 2010, y el número se disparó a 43.738 en el otoño del pasado año, incluidos 25.600 chinos. La matrícula 2020-21 y otras tarifas para los estudiantes estatales en la universidad son de 14,100 dólares, y las de los estudiantes internacionales es de 43,900 dólares.
La educación superior estadounidense se ha visto transformada por un marcado aumento en la matrícula internacional desde 2005, impulsada en gran medida por estudiantes de China. La matrícula china aumentó en un 400 por ciento del 2005 al 2018, generando ingresos muy necesarios para las universidades, a menudo en beneficio de los estudiantes nacionales, precisó un estudio del Centro para el Desarrollo Global.
El análisis de NAFSA encontró que en el año académico 2018-19 los estudiantes internacionales en EE. UU. ingresaron 40.5 mil millones de dólares a colegios y universidades, y casi 39 mil millones de dólares en el 2019-20.
En la Universidad de Iowa y la Universidad Estatal de Iowa, la inscripción de estudiantes internacionales cayó en casi un 25 por ciento en otoño del año pasado, lo que costó un estimado de 11.5 millones de dólares en ingresos de matrícula para las dos instituciones. Citando pérdidas financieras debido a la pandemia y el "apoyo estatal congelado", la Junta de Regentes de Iowa está proponiendo aumentos de matrícula para las universidades públicas del estado en el próximo año académico. Otras universidades estadounidenses también están proponiendo recortes presupuestarios.
Fuga de cerebros
Las guerras comerciales entre Estados Unidos y China han exacerbado la disminución de la matrícula internacional. Los conflictos comerciales podrían costar a las universidades estadounidenses alrededor de 30,000 estudiantes chinos en los próximos 10 años y una pérdida de 1.15 mil millones de dólares en ingresos de matrícula, advirtieron los investigadores en el estudio del Centro para el Desarrollo Global.
Peter Leroe-Muñoz, consejero general y vicepresidente de innovación y tecnología de Silicon Valley Leadership Group, considera que "China es la mayor fuente de estudiantes internacionales para Estados Unidos, y este cierre de esa vía de educación para los estudiantes chinos representa una pérdida masiva en la capacidad intelectual colaborativa”.
"Casi uno de cada seis trabajadores STEM en Silicon Valley nació en China, y hay muchos más de ascendencia china", calcula Leroe-Muñoz, cuya organización representa a casi 400 empresas de Silicon Valley. "Si expulsamos a estos estudiantes, terminarán en países que compiten contra Estados Unidos dentro de la economía global".
Leroe-Muñoz considera que las autoridades deberían hacer un mejor trabajo al reconocer las contribuciones de los estadounidenses de origen asiático y los ciudadanos chinos al éxito de la economía de la innovación en Estados Unidos.
(Web editor: 周雨, Zhao Jian)