Estados Unidos ha refutado abiertamente los resultados de la trazabilidad conjunta de científicos globales liderada por la Organización Mundial de la Salud durante más de un año, ha promocionado la teoría de "la fuga de laboratorio" y ha ordenado a las agencias de inteligencia que investiguen el nuevo coronavirus. Esta acción demuestra una vez más que la llamada "investigación" que Estados Unidos ha clamado no tiene nada que ver con la ciencia ni con la verdad, y su propósito es desacreditar y echar la culpa a China a través del tema de la trazabilidad.
De hecho, el sentimiento anti-asiático en Estados Unidos y otros países occidentales va en aumento precisamente porque Estados Unidos intenta vincular a China e incluso a los países asiáticos con el origen del nuevo coronavirus, y muchos asiáticos viven en terror y ansiedad. Estados Unidos también ha extendido sus "manos negras" a la comunidad científica y ha reprimido las voces justas de los científicos, lo que ha provocado que muchos científicos honestos se enfrenten a ataques personales y amenazas de abusos. Algunos medios lo han resumido como "terrorismo en la trazabilidad", que puede describirse como llegar a la esencia del asunto.
La última administración de Estados Unidos comenzó a exagerar argumentos ridículos como el "virus provocado por el ser humano" y la "fuga de laboratorio". En este sentido, el informe del Grupo Mixto de Expertos China-OMS sobre la Trazabilidad del Nuevo Coronavirus emitido el 30 de marzo llegó a una conclusión científica y autorizada: la fuga de laboratorio del virus es extremadamente improbable.
En la actualidad, el número de casos confirmados y muertes por COVID-19 en Estados Unidos ocupa el primer lugar en el mundo, y la vacunación se ha reducido drásticamente. La directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU, Rochelle Valensky, dijo que Estados Unidos se encuentra ahora en "otro momento crítico" de la epidemia de COVID-19, y que la cepa Delta se está extendiendo rápidamente en Estados Unidos. Ante una epidemia tan severa, algunos políticos estadounidenses todavía no quieren combatir la epidemia, sino que exigen investigar a China, con un solo propósito, nada más que convertir a China en un "chivo expiatorio" y desviar la atención de su propio país para tratar de encubrir su incompetencia y falta de virtud.
El rastreo de la fuente del nuevo coronavirus es un problema científico serio que requiere una actitud científica y la cooperación de científicos de todo el mundo. La segunda etapa de la trazabilidad debe llevarse a cabo sobre la base de la primera etapa después de una discusión y consulta completas por parte de los estados miembros de la OMS. La primera fase de la trazabilidad del virus ya se ha realizado y hay conclusiones claras, por lo que no se debe repetir infundadamente. Estados Unidos refuta el informe de investigación del Grupo Mixto de Expertos China-OMS sobre la Investigación de la Trazabilidad y quiere manipular la investigación sobre la trazabilidad. Basándose en la "presunción de culpabilidad" de China, naturalmente, es imposible obtener una conclusión justa y objetiva sin tener en cuenta la ciencia y los hechos.
Cada vez más evidencias científicas muestran que el nuevo coronavirus apareció en muchos lugares del mundo en la segunda mitad de 2019. Solo en Estados Unidos, hubo al menos cinco estados con infecciones por el nuevo coronavirus antes de la notificación del primer caso confirmado en Estados Unidos. Estados Unidos ignora los hechos anteriores y nunca ha tomado ninguna medida de investigación contra su laboratorio biológico de Fort Detrick y más de 200 laboratorios biológicos en el extranjero. ¿Dónde está la "transparencia" de la que ha estado hablando Estados Unidos?
La investigación de trazabilidad liderada por el Departamento de Inteligencia es aún más absurda. De hecho, es el servicio de inteligencia de EE.UU el que no puede soportar la "trazabilidad de la fuente". La CIA ha hecho demasiadas cosas malas. Los asesinatos, la subversión de los regímenes de otros países y la exportación de las "revoluciones de color" y disturbios son sus tácticas habituales. Mike Pompeo, el ex director de la CIA y quien renunció como secretario de Estado de Estados Unidos en enero de este año, dejó descaradamente una frase famosa: "mentimos, engañamos, robamos ... Esta es la gloria de la exploración continua y emprendedora de Estados Unidos".
Estados Unidos politizará la rastreabilidad y participará en el "terrorismo en la trazabilidad". Todo tipo de palabras y hechos no son más que una continuación del guión de la CIA a la hora de "mentir, engañar y robar".
(Web editor: 吴思萱, 周雨)