Por Zhong Sheng, Diario del Pueblo
Después de experimentar cambios profundos y una pandemia sin precedentes en un siglo, el mundo se enfrenta hoy a otro problema importante: la crisis de Ucrania. Resolver los desafíos actuales y futuros y buscar un alto el fuego es una aspiración común de todas las naciones y pueblos amantes de la paz.
Los principales países deberían desempeñar un papel particularmente constructivo en esto. Sin embargo, Estados Unidos, que tiene responsabilidades ineludibles en la crisis, no está tomando medidas para resolverla.
El país, por un lado, se presenta a sí mismo como el llamado "guardián de la paz" y un "protector del orden internacional basado en reglas", mientras que, por otro lado, fabrica historias políticas de democracia que combate lo autoritario y justicia que lucha contra el mal. Está tratando de fomentar enfrentamientos campales e instigar conflictos ideológicos, en un intento de desviar responsabilidades, crear contradicciones y contener el desarrollo de otros países.
La crisis de Ucrania expuso aún más la esencia de la hegemonía estadounidense y las consecuencias perniciosas de la mentalidad de la Guerra Fría.
La expansión hacia el este de la OTAN dirigida por Estados Unidos es la causa principal de la crisis, y Estados Unidos es el iniciador de la crisis. Como señaló un experto internacional, es posible detener la guerra solo cuando todos conocen el trasfondo de la guerra.
El intrincado trasfondo histórico de Ucrania es la consecuencia de la interacción de varias causas. Sin embargo, cuando se trata de las causas y el desarrollo, así como delfondo del problema, la expansión de la OTAN hacia el este es un tema inevitable.
Según un artículo publicado recientemente por el medio español Rebelión, los insaciables objetivos de la OTAN, el auténtico cáncer que se sitúa en la base de todos estos conflictos, representan el origen del problema. Destacó que esta vergonzosa organización criminal debió ser disuelta cuando se disolvió el Pacto de Varsovia, pues acabada la Guerra Fría, ya no tenía sentido su existencia. Pero en vez de ello, continuó su escalada “occidental” para llevar los dictámenes de ese falso “mundo libre” hasta los últimos confines, practicando invasiones y guerras contra todos los países que se oponían a sus designios.
La OTAN es una resaca de la Guerra Fría. Cuando la Unión Soviética se disolvió y la Guerra Fría terminó en la década de 1990, no quedó ninguna razón para mantener la OTAN. Sin embargo, la alianza, liderada por EE.UU, ha ido ampliando constantemente su esfera de influencia. Con el pretexto de consolidar la democracia, garantizar la estabilidad y promover valores comunes, ha incumplido una y otra vez su promesa y se ha expandido cinco veces hacia el este, desplazando sus fronteras hacia el este en más de 1.000 kilómetros. Ha desplegado armas ofensivas estratégicas avanzadas y ha prometido a Ucrania y otros países la membresía en la OTAN, clavando el cuchillo de la OTAN en la frontera de Rusia.
Un teórico geoestratégico estadounidense incluso afirmó que una Europa democrática y en expansión tiene que ser un proceso histórico abierto, no sujeto a límites geográficos políticamente arbitrarios. Sin embargo, los académicos estadounidenses racionales han reconocido durante mucho tiempo el peligro de la expansión oriental de la OTAN, y uno afirmó que "expandir la OTAN sería el error más fatídico de la política estadounidense en toda la era posterior a la Guerra Fría".
La OTAN, como alianza militar, ha sido utilizada durante mucho tiempo por la Casa Blanca para expandir aún más la hegemonía estadounidense. La alianza liderada por Estados Unidos instigó "revoluciones de color" y ha estado causando estragos cerca de Rusia al abrir repetidamente cajas de Pandora.
La OTAN bombardeó Belgrado sin la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU, destruyó Serbia y lanzó guerras en Afganistán, Irak y Libia. Todo esto contribuyó a que Rusia se sintiera rodeada, dijo el académico Andrei Makine del Institut de France. Occidente, especialmente Estados Unidos, será responsable de la crisis de Ucrania, señaló el profesor John Mearsheimer de la Universidad de Chicago.
Desde un punto de vista histórico y global, la crisis de Ucrania es otra convulsión de la seguridad mundial dirigida por EE.UU desde el final de la Segunda Guerra Mundial. EE.UU. siempre ha guiado su diplomacia con la geopolítica, percibiendo el mundo como un tablero de ajedrez en el que se juega al juego del saqueo.
Incitado por esa mentalidad de Guerra Fría, Estados Unidos organizó remotamente la Primavera Árabe en el África Subsahariana, las revoluciones de color en Europa, la nueva Doctrina Monroe en América Latina, así como golpes y asesinatos en varios países, causando estragos en el orden internacional y poniendo en peligro la paz mundial.
Alice Weidel, líder conjunta del partido Alternativa para Alemania, señaló que al adherirse a la mentalidad obsoleta de la Guerra Fría y al negar con arrogancia el estatus de país importante de Rusia, Occidente le hizo una promesa a Ucrania que nunca se cumplirá. Ella lo llamó un error histórico catastrófico. Lo que necesitan todas las partes es una visión realista y clara de la geopolítica, y hacer los máximos esfuerzos para establecer un mecanismo de seguridad para Europa que trascienda la mentalidad de los campos Oeste-Este.
"¿Por qué, con todas las esperanzadoras posibilidades engendradas por el final de la Guerra Fría, las relaciones Este-Oeste se han centrado en la cuestión de quién se alía con quién y, por implicación, contra quién en un conflicto militar fantasioso, totalmente imprevisible y sumamente improbable en el futuro?" Esta pregunta planteada por el ex embajador de EE.UU en la Unión Soviética, George Kennan, en 1997, aún espera una respuesta del gobierno de EE.UU.
Como instigador y la mayor fuerza impulsora de la crisis de Ucrania, EE.UU debería tener algunos momentos de introspección sobre sus roles deshonrosos, abandonar por completo la mentalidad y las prácticas hegemónicas de la Guerra Fría, y hacer algunas contribuciones significativas para mantener el mantenimiento de la paz global y regional.
(Zhong Sheng es un seudónimo que suele utilizar Diario del Pueblo para expresar sus puntos de vista sobre política exterior y asuntos internacionales).
(Web editor: Rosa Liu, Zhao Jian)