(Caricatura de Ma Hongliang)
Por Chen Zi
Después de que estalló el conflicto entre Rusia y Ucrania, el gobierno de Estados Unidos ha seguido enviando armas a Ucrania, imponiendo sanciones a Rusia y "avivando las llamas".
Si Washington realmente se preocupa por el pueblo ucraniano, debería tratar de promover la paz en lugar de continuar proporcionando armas. Sin cesar, Estados Unidos ha echado combustible a las llamas, exponiendo plenamente su esperpento en el intento de mantener la hegemonía mundial a través de la intensificación de los conflictos.
Reflexionar sobre la historia revela que Estados Unidos ha exportado la agitación al extranjero y ha buscado ganancias privadas de tales movimientos con un alto grado de competencia. Desde que Estados Unidos de América declaró su independencia el 4 de julio de 1776, en los 240 años de historia del país solamente ha existido un período de menos de 20 años en que no se han involucrado en una guerra.
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945 hasta el 2001, de los 248 conflictos armados que ocurrieron en 153 regiones del mundo, 201 fueron iniciados por Estados Unidos, lo que representa el 81 por ciento del total, afirman las estadísticas incompletas.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos y la OTAN han creado continuamente caos en todo el mundo, ya sea a través de una invasión directa o una intervención indirecta, incluidos los conflictos en Guatemala, Cuba, Vietnam, República Democrática del Congo, Nicaragua, Irak, la República Federativa de Yugoslavia, Afganistán, Libia y Siria.
Hay un rastro de Estados Unidos en casi todas las disputas y conflictos que han ocurrido en el orbe. Y es justo decir que los estadounidenses son los que están detrás de la agitación mundial.
A Estados Unidos nunca le ha importado la paz y el desarrollo mundiales. En cambio, Washington con frecuencia provoca disturbios como parte de su juego político para que el país busque ganancias y persiga sus propios mezquinos intereses.
(Web editor: Rosa Liu, Zhao Jian)