(Caricatura de Ma Hongliang)
Después de que estalló el conflicto de Ucrania, el gobierno de EE.UU, mientras pedía a las partes relevantes que “detuvieran la guerra”, continuó arrojando combustible a las llamas por medios justos o sucios.
El 10 de marzo, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, promulgó un proyecto de ley de financiamiento que incluye 13.600 millones de dólares en ayuda para Ucrania. Según un informe del New York Times de principios de marzo, Estados Unidos y sus aliados de la OTAN en Europa suministraron a Ucrania más de 17.000 armas antitanque en solo seis días.
Washington sugirió que Polonia entregue sus aviones MiG-29 a Ucrania y expresó que el gobierno de EE.UU consideraría activamente compensar la diferencia para Polonia si cumple con su oferta. Mientras tanto, EE.UU. también se coludió con sus aliados para ejercer la máxima presión sobre Rusia, imponiendo miles de sanciones devastadoras contra Rusia.
Las acciones del gobierno de EE.UU para encender aún más el fuego y luego verter más combustible sobre las llamas han causado sufrimiento al pueblo ucraniano. La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados dijo el 31 de marzo que más de 4 millones de personas ya habían huido de Ucrania y que, mientras tanto, aproximadamente 6,5 millones de personas habían sido desplazadas de sus hogares dentro de las fronteras del país.
Estados Unidos afirma que se debe detener la guerra en Ucrania, pero ha proporcionado continuamente armas para apoyar a los ucranianos. Esto muestra la naturaleza hipócrita de los estadounidenses. Washington, que se etiqueta a sí mismo como un “defensor de la paz mundial”, en cambio ha expuesto su doble rasero e hipocresía sobre el tema de la paz mundial.
(Web editor: 周雨, Zhao Jian)
