El 22 de diciembre de 2021, el Departamento de Bienestar y Desarrollo Social de Filipinas realizó una ceremonia de entrega de 10.000 toneladas de arroz con la ayuda del gobierno chino. Foto cortesía de la Embajada de China en Filipinas.
Por Guo Heping, Diario del Pueblo
Recientemente, la "crisis alimentaria" ha sido objeto de un intenso debate en todo el mundo, y un grupo de fuerzas con motivos ocultos ha aprovechado la oportunidad para tratar de encajar la "crisis alimentaria" en la narrativa de la "teoría de la amenaza de China". Este grupo promociona que China se apresura a comprar y almacenar alimentos en el mercado mundial, lo que exacerba la escasez mundial de alimentos; que China se muestra indiferente ante una “crisis alimentaria” … etcétera.
De hecho, China es el mayor productor de granos del mundo y el tercer mayor exportador, con una tasa de autosuficiencia de granos de más del 95%, sin ninguna necesidad de acudir al mercado internacional para "acaparar granos". Agnes Kalibata, enviada especial del secretario general de la ONU para la Cumbre de de Sistemas Alimentarios de 2021 dijo: “China ha administrado bien sus propias existencias de granos, no solo asegurando el suministro de alimentos del pueblo chino, sino también contribuyendo a la seguridad alimentaria de los pueblos del mundo”.
China no solo utiliza menos del 9 % de la tierra cultivable del mundo para representar aproximadamente una cuarta parte de la producción mundial de cereales y alimentar a casi una quinta parte de la población mundial, sino que también contribuye positivamente a garantizar la seguridad alimentaria mundial.
En los últimos años, China ha donado 130 millones de dólares estadounidenses al Fondo de Cooperación Sur-Sur de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), convirtiéndose en el país en vías de desarrollo que brindó la mayor asistencia financiera, envió la mayor cantidad de expertos y llevó a cabo la mayor cantidad de proyectos en el marco de este Fondo.
Desde 2016, China ha proporcionado ayuda alimentaria de emergencia a más de 50 países de Asia, África y América Latina, beneficiando a decenas de millones de personas afectadas por desastres. Especialmente desde el brote de COVID-19, China ha brindado asistencia alimentaria de emergencia a Afganistán, Sri Lanka, Kenia, Uganda, Congo (Brazzaville), Benin, Liberia y otros países, lo que ha sido ampliamente elogiado por la comunidad internacional y la gente de todos los países.
Mediante el envío de expertos, la construcción de granjas modelo, la capacitación agrícola, la promoción de variedades mejoradas de cultivos y la prestación de apoyo técnico, China ha ayudado a varios países a mejorar su capacidad de producción agrícola y seguridad alimentaria.
Desde 1979, el arroz híbrido chino se ha hecho popular en decenas de países y regiones de Asia, África y América, con una superficie de siembra anual de 8 millones de hectáreas y un rendimiento medio por hectárea de unas 2 toneladas por encima de las variedades locales. Investigadores chinos viajaron a India, Pakistán, Vietnam, Myanmar, Bangladesh, entre otros países, para brindar asesoramiento y consultoría, y capacitaron a más de 14.000 profesionales del arroz híbrido a través de cursos de capacitación internacionales para más de 80 países en desarrollo.
China también ha trabajado arduamente para implementar el Acuerdo de Facilitación del Comercio de la OMC, instando a todos los países a mantener abierto el comercio mundial de granos, pidiendo el levantamiento de las sanciones unilaterales y manteniendo la estabilidad y fluidez de las cadenas industriales y de suministro mundiales.
Después de hablar de la contribución de China, recordemos esta “crisis alimentaria” y el misterio relacionado con ella. Como el mayor exportador de cereales del mundo, Estados Unidos es el principal responsable de la actual "crisis alimentaria".
No hay duda de que Rusia y Ucrania son el primer y el sexto mayor exportador de trigo del mundo, y el conflicto entre Rusia y Ucrania ha causado estragos en la cadena mundial de la industria alimentaria y de suministro. Pero EE.UU. está presionando a la OTAN para que se expanda hacia el este, librando guerras de poder y vendiendo armamento, lo que se considera la razón subyacente.
Además, ADM, Bunge, Cargill y Louis Dreyfus monopolizan más del 80% de las transacciones de granos del mundo, tres de las cuales son empresas estadounidenses. Cuando el precio internacional de los cereales es alto, los cuatro principales comerciantes de cereales, confiando en su posición de monopolio mundial y su sólida fortaleza de capital, compran barato y venden caro en el mercado de futuros de cereales, cosechando la riqueza de cereales de varios países y impulsando continuamente el crecimiento de precios de los cereales mundiales。
Estados Unidos no solo contribuye a la raíz de la crisis, sino que también deja de lado el problema y intenta ocultarlo, utilizando una milésima parte de sus ganancias del monopolio de granos como ayuda alimentaria para ganar la ventaja moral barata. El intento de EEUU reside en desviar e interrumpir la atención de la comunidad internacional hacia las causas profundas de la crisis y consolidar más el orden injusto del comercio mundial de alimentos dominado por sí mismo.
La comunidad internacional se ha comprometido a acabar con el hambre, la inseguridad alimentaria y todas las formas de malnutrición en todo el mundo para 2030. China ha realizado y seguirá realizando esfuerzos incansables con ese fin. El secretario de Estado de EE.UU, Antony Blinken, dijo en un discurso reciente que las diferencias entre EE. UU y China no deben obstaculizar el avance de prioridades que requieren cooperación bilateral, incluida la resolución de problemas como la crisis alimentaria.
China siempre ha escuchado las palabras y observado sus acciones hacia Estados Unidos, que siempre han sido dudosas. La puerta de China a la cooperación en ayuda alimentaria siempre está abierta y su iniciativa de llevar a cabo la cooperación para el desarrollo global siempre es válida. Ahora es el momento de que Estados Unidos dé el paso correcto.
(Web editor: Rosa Liu, Zhao Jian)