BEIJING, 19 jun (Xinhua) -- El interés por aprender chino continúa aumentando entre los alumnos de los institutos Confucio, sin embargo, políticos y medios occidentales se han empeñado en inventar comentarios falsos para difamar a estos centros de enseñanza que sirven como puente para fortalecer la amistad y profundizar los intercambios entre China y el mundo.
REFUTAR LA DIFAMACIÓN
Recientemente, un medio estadounidense calificó como conspiratoria la influencia de los institutos Confucio en América Latina, reclamando que estas escuelas obstaculizarán la "libertad académica" de la región y obligarán a la comunidad académica local a reducir las discusiones sobre temas delicados.
"Es absolutamente falso. Jamás, ni acá ni en China me dieron una directiva", dice con indignación Norberto Consani, director del Instituto Confucio de la Universidad Nacional de La Plata de Argentina.
El también director del Instituto de Relaciones Internacionales de la misma universidad resaltó que "es absolutamente falso que se utilice a los Confucio como una vía de penetración".
Roberto Lafontaine, director de la Oficina para América Latina y el Caribe de la Fundación Centro para la Enseñanza de Idiomas y Cooperación, con sede en Santiago de Chile, se hizo eco de las opiniones de Consani.
Los institutos Confucio, en su opinión, están dirigidos en su mayoría por instituciones académicas chinas y extranjeras, no imponen la ideología de un país a otro y su trabajo se limita en lo "netamente académico".
MÁS ESTUDIANTES DE CHINO
Los institutos Confucio han tenido un gran éxito al conectar a miles de personas con la lengua y la cultura chinas en América Latina y el Caribe durante los últimos 15 años, y se ha logrado una difusión masiva de la cultura china que nunca antes existió en la región, afirma Lafontaine.
Según la página oficial del Instituto Confucio, hay un total de 46 institutos y seis Aulas Confucio en América Latina y el Caribe, ubicados en 23 países de la región.
De acuerdo con los recuerdos de Consani, el Instituto Confucio de la Universidad Nacional de La Plata tenía muy pocos alumnos cuando abrió sus puertas por primera vez, pero el número de estudiantes ha crecido considerablemente en los últimos años.
"Me sorprenden los alumnos de 6, 7, 8 o 10 años que hablan chino, es algo que parecía imposible. Lo que parecía un idioma inalcanzable tiene un resultado que ha desbordado todas las expectativas que uno se pueda imaginar", menciona el académico argentino.
Al mismo tiempo, la directora del Instituto Confucio de la Universidad de La Habana, Yorbelis Rosell, también siente el entusiasmo del pueblo cubano por aprender chino. Dice que, a medida que los lazos políticos y económicos entre Beijing y La Habana se han ido estrechando en los últimos años, cada vez más personas y entidades cubanas se han dado cuenta de la importancia de aprender chino.
"Este año lectivo, en el curso de Introducción a la lengua china, la matrícula se agotó al primer día y tuvimos que ampliarlo un poco más para satisfacer solo una parte de la demanda", declara.
Mientras para Nora Alejandra Flores Nava, directora del Instituto Confucio de la Universidad Autónoma de Chihuahua de México, el desarrollo de su instituto ha sido placentero y satisfactorio con la creciente interacción entre China y México en varios ámbitos, especialmente en el área de comercio e inversión.
"Se registran al menos 2.000 estudiantes al año en el Confucio. Ahorita el Instituto Confucio de la Universidad Autónoma de Chihuahua es uno de los más grandes de Latinoamérica por el número de estudiantes y de colaboraciones que tenemos con empresas y con otras escuelas aquí al norte del país", dice con orgullo.
PUENTES E INTERCAMBIOS
"No se puede enseñar el idioma aparte de la cultura, porque la cultura difunde la historia de un pueblo, difunde la idiosincrasia de un pueblo y, obviamente, el idioma de ese pueblo", asegura Lafontaine.
El Instituto Confucio ha organizado varias decenas de actividades culturales, exposiciones de arte, encuentros de cine, de música y de literatura en América Latina, que han permitido a los latinoamericanos de todas las edades conocer mejor la cultura china, ejemplifica.
Los directores de los institutos Confucio entrevistados, que han permanecido en la enseñanza del chino desde hace años, consideran el Instituto Confucio como un puente para promover los intercambios culturales y fortalecer la confianza mutua y la amistad.
"El Instituto Confucio es el puente para que se conozca no sólo el idioma, sino la cultura y la sociedad china", dice Consani. Como testigo de la evolución del estudio de China en Argentina, cree que, con la ayuda del Instituto Confucio, hay un avance importante, tanto en calidad como en cantidad, del estudio de China en Argentina.
Nora Alejandra tiene una experiencia distinta. Fue alumna del Instituto Confucio y tuvo la suerte de recibir una beca para estudiar en Beijing. Cuando regresó a México, se unió al equipo del Instituto Confucio.
"Nosotros nos acercamos a la sociedad de diferentes formas, no nada más en la cultura o el idioma, sino que nosotros somos también el puente para las empresas que están aquí en particular en Chihuahua, en el norte, con China. El Instituto Confucio es la conexión de China con el mundo", concluye.
(Web editor: 吴思萱, Zhao Jian)