El sistema de misiles de defensa aérea de mediano alcance, conectado a un batallón de misiles de una brigada de defensa aérea bajo el Grupo 72 del Ejército Popular de Liberación (PLA, por sus siglas en inglés), dispara un misil tierra-aire durante un reciente ejercicio de entrenamiento de defensa aérea en el desierto de Gobi, noroeste de China. (Foto: PLA)
Por Liu Xuanzun
El Ministerio de Defensa chino afirmó que la prueba es de naturaleza defensiva, y no está dirigida a ningún país. Una prueba similar se llevó a cabo en febrero del pasado año.
La reciente prueba eleva a seis las pruebas técnicas de ABM terrestres chinas informadas públicamente. De acuerdo a los medios y declaraciones oficiales, otras pruebas conocidas de ABM fueron realizadas por China en 2010, 2013, 2014, 2018 y 2021. No se reveló en qué fase de intercepción se llevó a cabo la prueba del 2014, mientras que las otras cinco se llevaron hasta la fase intermedia.
Un experto militar chino, que solicitó el anonimato, destacó que los resultados de estas pruebas indican que la capacidad de misiles antibalísticos de China se está volviendo más confiable. Realizar tales pruebas contribuyen a la defensa y seguridad nacional, y sirven como un elemento disuasorio contra los chantajes nucleares.
El vuelo de un misil balístico intercontinental generalmente consta de tres fases. La primera es la fase de impulso, en la que el cohete propulsor impulsa el misil hacia el cielo. Después inicia la fase intermedia, en la que el propulsor se detiene a medida que el misil viaja fuera de la atmósfera. Y como tercera y última fase está la reentrada o terminal, en la que el misil vuelve a entrar a la atmósfera y busca su objetivo.
Los expertos consideran que interceptar un misil balístico intercontinental durante su curso medio es un gran desafío. Durante esta fase, un misil equipado con ojivas nucleares suele viajar fuera de la atmósfera y a muy alta velocidad.
A diferencia, es técnicamente fácil interceptar un misil balístico en la fase de impulso porque el misil todavía está cerca del suelo y acelerando, pero lo difícil es acercarse al sitio de lanzamiento que generalmente está ubicado en lo profundo de un territorio enemigo. En la tercera fase, la intercepción también es un desafío porque la velocidad del misil descendente es muy alta.
Los analistas subrayaron que debido a que los países de todo el mundo están desarrollando misiles hipersónicos con planeadores de onda que pueden ajustar sus trayectorias en pleno vuelo cuando vuelven a entrar en la atmósfera, lo que hace que la intercepción en la fase final sea aún más difícil, poder desactivar un misil a mitad de curso ha cobrado gran importancia.
(Web editor: 周雨, Zhao Jian)
