(Caricatura de Ma Hongliang)
Por Xin Yue
Estados Unidos se promociona a sí mismo como un "faro de la democracia" y está dispuesto a dar lecciones a otros países e interferir en sus asuntos internos, desencadenando varias oleadas de refugiados y llevando a enormes desastres humanitarios.
Estados Unidos es el culpable de los problemas de migrantes y refugiados que enfrentan muchos países. En sus casi 250 años de historia, menos de 20 años se pueden contar en que no ha estado llevando a cabo operaciones militares en el extranjero. Los datos del informe del Proyecto Costos de la Guerra del Instituto Watson para Asuntos Internacionales y Públicos de la Universidad de Brown demostraron que las llamadas guerras "antiterroristas" lanzadas por los Estados Unidos después de los ataques del 9/11 han desplazado a unos 38 millones de personas.
Estados Unidos viola los derechos humanos de los refugiados y migrantes, y la discriminación racial sistémica es un problema profundamente arraigado en el país. Desde que estalló la pandemia de COVID-19, los refugiados y migrantes de minorías étnicas de Estados Unidos han sufrido mucho por la discriminación y los crímenes de odio.
El país construye un muro a lo largo de su frontera con México, abusa de la fuerza para expulsar a refugiados y migrantes o los mantiene en centros de detención con malas condiciones durante largos períodos de tiempo, donde se aplica una política de separación familiar que separa a los niños de sus padres. Estados Unidos comete innumerables violaciones contra los derechos humanos de refugiados y migrantes.
Estados Unidos persigue el militarismo bajo el pretexto de la "democracia". No está en condiciones de sermonear o juzgar a otros sobre democracia. Ante la denuncia generalizada de refugiados y migrantes de muchos países, Estados Unidos debe ser puesto en el banquillo de los acusados.
(Web editor: 吴思萱, Zhao Jian)