La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró este sábado que el brote sin precedentes de viruela del mono que se ha extendido por todo el mundo es una emergencia de salud pública. Esta clasificación es la máxima alerta que puede emitir la OMS.
Hasta el momento, se han reportado más de 16,000 casos de viruela del mono en 75 países. La mayoría de ellos están en Europa, lo que significa que es el epicentro del brote. Por otra parte, casi 3,000 casos han sido reportados en Estados Unidos. Aunque la viruela del mono no se transmite tan rápido como la aún devastadora cepa del nuevo coronavirus, si no se controla de manera efectiva, una combinación de coronavirus y viruela del mono pudiera convertirse en una especie de nueva normalidad en Occidente. Peor aún, la forma en que Occidente ha lidiado con la pandemia de COVID-19 difícilmente genera optimismo.
A más de dos años de iniciada la pandemia de COVID-19, Estados Unidos y Europa -que se han estancado y decidido coexistir con el virus- experimentan un crecimiento del número de casos positivos. Los países occidentales han adoptado varias formas de acomodar, aunque la razón es la misma: no pueden encontrar formas efectivas de combatir la pandemia. De ahí que opten por mantener una mentalidad de uva agriada hacia la estrategia china de la dinámica de cero COVID-19. Lo que hoy se verifica es absurdo: un grupo de desertores calumnian a sus compañeros que todavía están luchando dentro de la batalla. Semejante actitud abandona la salud y la vida de sus pueblos al más descarnado peligro.
Si partimos de que Occidente es el epicentro del brote de la viruela del mono, su accionar indica que le ha otorgado una importancia relativa. Anteriormente, Reino Unido, Bélgica y Alemania, todos con un número creciente de viruela del mono, emitieron recomendaciones de cuarentena de 21 días para las personas diagnosticadas con esa enfermedad. Sin embargo, se cree que tales cuarentenas son ineficientes para prevenir su propagación debido al largo período de incubación del virus. En cuanto a Estados Unidos, la administración Biden está considerando una respuesta de emergencia de salud pública asociada al brote de viruela del mono. Pero, ¿qué medidas de prevención y control tomará Estados Unidos? ¿Hará encuestas epidemiológicas a los infectados? ¿Impondrá cuarentenas para reducir el riesgo de infección? Biden afirmó una vez que las cuarentenas para la viruela del mono no son necesarias en Estados Unidos.
Shen Yi, profesor de la Escuela de Relaciones Internacionales y Asuntos Públicos de la Universidad de Fudan, destacó que la declaración de la OMS del brote de viruela del mono como una emergencia de salud pública demuestra que las medidas de prevención y control de Occidente fueron insuficientes e ineficaces.
"Si consideramos que la lucha de Occidente contra la pandemia de COVID-19 ha sido perturbada por la ideología, cabe suponer que la forma en que se combatirá la viruela del mono también demostrará que su capacidad de prevención y control de la pandemia es realmente inadecuada", indicó Shen.
Por su parte, Song Luzheng, académico con sede en París, considera que la razón principal de la respuesta inadecuada de Occidente a la viruela del mono es la política.
"Los líderes en Occidente son como transeúntes. Se van después de uno o dos términos, al igual que un empleado. Sus mentes se concentran más en lograr intereses propios. Como resultado, no están dispuestos a tomar decisiones que les cuesten votos", señaló Song.
A diferencia de la pandemia de COVID-19, no hay ningún factor de China involucrado en el brote de viruela del mono. Por lo tanto, hay poco espacio para que Occidente explote el tema y pase la responsabilidad a los demás.
Xu Liang, profesor asociado de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad de Estudios Internacionales de Beijing, comentó que si la viruela del mono se vuelve incontrolable, pudiera cambiar la estructura de poder en ciertos países europeos.
Hace un mes, el poliovirus se detectó en varias muestras de aguas residuales de Londres. La semana pasada se confirmó en Estados Unidos en casi una década el primer caso de poliomielitis. Desde la viruela del mono hasta la poliomielitis, hay una serie de enfermedades peligrosas que hoy se abren camino en Occidente. Siempre que ocurre una emergencia de salud pública, pone a prueba el resultado moral de la élite gobernante de un país. Evidentemente, Occidente no ha aprendido ninguna lección de la pandemia de COVID-19, sino que está repitiendo los mismos errores. La naturaleza del virus demuestra que Occidente no es inmune a las repetitivas tragedias de vida o muerte.
Shen, de la Universidad de Fudan, también aseguró que la viruela del mono como derrota en esos lares será una cuestión de tiempo. Occidente no puede movilizar su capacidad de prevención y control público porque prefiere dejar morir a su gente antes de renunciar a sus votos.
(Web editor: 周雨, Zhao Jian)