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Abnegados científicos ayudan a construir supercomputadoras chinas

Pueblo en Línea  2022:07:28.14:35

Científicos verifican la condición de la supercomputadora Tianhe-3 en el Centro Nacional de Supercomputadoras de Tianjin. [Foto: Xinhua]

Por Zhang Zhihao

En la sala de computadoras del Centro Nacional de Supercomputación de Tianjin, las filas de gabinetes negros cuidadosamente empaquetados trabajan en las preguntas científicas más importantes de la humanidad... desde la evolución del universo hasta el modelado de estructuras de proteínas complejas para el descubrimiento de fármacos.

La máquina, llamada Tianhe-1, lleva el nombre del río de estrellas en el cielo nocturno que forma la Vía Láctea. Durante siglos, Tianhe ha sido una fuente de inspiración y exploración en la cultura china, pero en Tianjin ahora Tianhe es sinónimo de innovación.

Este instrumento es la primera supercomputadora de petaescala de China capaz de promediar más de 2,5 cuatrillones de operaciones por segundo. Meng Xiangfei, creador de Tianhe, precisó que la máquina puede manejar todos los días más de 1,400 tareas informáticas simultáneamente y la usan alrededor de 1,000 grupos de investigación.

Meng y sus colegas están construyendo actualmente el prototipo de la supercomputadora de exaescala de nueva generación de China llamada Tianhe-3, que puede hacer más de 1 quintillón de operaciones por segundo, que será en órdenes de magnitud más poderosa que Tianhe-1.

Hace unos 15 años, Meng no creía que China pudiera desarrollar de forma independiente una supercomputadora, y mucho menos convertirse en una potencia mundial de supercomputación.

De acuerdo a la última edición Top500 de las supercomputadoras más rápidas del mundo, publicada en junio, China tiene 173 sistemas de este tipo, seguido de Estados Unidos con 128.

La supercomputadora más poderosa de China es la Sunway TaihuLight, que ocupa el sexto lugar en el mundo.

Meng, de 43 años, es ahora el científico jefe del Departamento de Aplicación e Investigación del Centro Nacional de Supercomputación de Tianjin. Desde que se unió al Partido Comunista de China (PCCh) hace unos 20 años, Meng se ha dedicado al desarrollo de las supercomputadoras de China.

"La innovación no tiene fin, y es un gran honor ser miembro del PCCh y ver que nuestro trabajo es apreciado por la nación", asegura.

En 2009, China planeaba construir su primer centro de supercomputación en Tianjin.

"No teníamos nada con qué trabajar en ese momento. Nuestra oficina estaba inconclusa. Eran solo paredes blancas y piso de concreto, incluso los cables eléctricos colgaban a la intemperie", recuerda Meng. "Tuvimos que comenzar la preparación y planificación del centro en nuestro dormitorio de empleados".

En esos tiempos difíciles, Meng y su equipo trabajaron como científicos y trabajadores de la construcción. Renovaron la sala de computadoras, instalaron cables eléctricos y llevaron los gabinetes de computadoras, cada uno con un peso de más de una tonelada métrica, a sus ubicaciones apropiadas.

También se arrastrarían debajo de los gabinetes para instalar cables durante horas a la vez a una temperatura ambiente de casi 40 ° C.

Después de construir la máquina, Meng y sus colegas necesitaban asegurarse de que la nueva supercomputadora pudiera mantener un rendimiento estable en todo momento. Calibraban la máquina durante el día, y por la noche dormían en las cajas de cartón que venían con los gabinetes.

Después de siete meses de arduo trabajo, Tianhe-1 se lanzó en octubre de 2010 y, desde noviembre de 2010 hasta junio de 2011, fue reconocida como la supercomputadora más rápida del mundo. También fue la primera vez que una supercomputadora china llegó a la cima de la lista Top500.

Pero el escepticismo y las dudas pronto siguieron, con algunos expertos afirmando que Tianhe-1 era solo una "plataforma de juego gigante" y no tenía aplicaciones industriales reales.

Estos comentarios enfurecieron a Meng, quien juró mejorar la aplicación de la máquina y la compatibilidad del programa. "Solo cuando la máquina tiene aplicaciones útiles puede China consolidar su posición en el sector global de la supercomputación".

En ese momento, Tianhe-1 no podía ejecutar un programa de software de investigación ampliamente utilizado para desarrollar nuevos productos farmacéuticos, por lo que Meng pasó más de 20 días privados de sueño optimizando cientos de miles de líneas de código para resolver el problema. Esto allanó la base para la aplicación a gran escala de la supercomputadora en el descubrimiento y diseño de fármacos.

"Siempre les digo a mis compañeros de equipo, cada esfuerzo que hagamos beneficiará a nuestro país", asegura Meng. Más tarde, su equipo desarrolló la tecnología para procesar imágenes de alta definición utilizadas para la investigación geológica de petróleo y gas, eliminando la necesidad de China de gastar millones de yuanes para alquilar la capacidad de cálculo de las supercomputadoras de Estados Unidos y Europa.

Tianhe-1 ahora se usa en una amplia gama de campos, incluida la tecnología aeroespacial, el pronóstico climático, la fusión nuclear y la lucha contra COVID-19 a través de la detección de fármacos y el diagnóstico en la nube. Desde su creación, el instrumento ha dado lugar a más de 4.000 avances en ciencia y tecnología.

"Es realmente un instrumento de importancia nacional que culmina generaciones de arduo trabajo por parte de científicos e ingenieros chinos", afirma Meng.

"A medida que ampliamos las fronteras científicas, nosotros, como miembros del PCCh debemos ser valientes, innovadores y contribuir más a la autosuficiencia de nuestro país en ciencia y tecnología", concluyó. 

(Web editor: 周雨, Zhao Jian)

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