Un empleado prueba chips en una empresa de tecnología en Hefei, provincia de Anhui. [Foto: Xie Chen/China Daily]
Por Yifan Xu
Debido a que es una de las economías más grandes y uno de los motores vitales de la economía global, China puede contrarrestar los vientos en contra del crecimiento mediante la aplicación de políticas correctas, aseguró Joong Shik Kang, jefe adjunto de la oficina del Fondo Monetario Internacional (FMI) en China.
Kang ofreció sus puntos de vista sobre cómo China puede enfrentar los desafíos económicos, teniendo en cuenta el desempeño en el crecimiento económico mundial y los "fuertes vínculos comerciales de la economía china en Asia, así como con los exportadores de productos básicos y los principales centros de producción mundial en otros continentes".
"Esto significa que la reciente desaceleración del crecimiento en China también está pesando sobre el crecimiento global", destacó Kang durante una entrevista con China Daily.
Sin embargo, también precisó que el FMI considera que China puede contrarrestar los vientos en contra del crecimiento si se aplican las políticas correctas.
"Por ejemplo, una política fiscal que mire hacia los hogares vulnerables apoyaría el consumo individual y familiar, y elevaría el crecimiento en China y en otros lugares del mundo. Para una recuperación más equilibrada y sostenible, es fundamental comenzar a trabajar en allanar el camino hacia una salida segura de la estrategia cero COVID-19, incluso reacelerando el ritmo de las vacunas y haciendo pleno uso de ellas, especialmente en los ancianos subvacunados", detalló Kang.
En las Perspectivas de la Economía Mundial, publicadas este martes, el FMI pronosticó que el PIB real de China crecerá un 3,2 por ciento este año y un 4,4 por ciento en 2023. En la última perspectiva publicada en julio, las cifras fueron de 3,3 por ciento y 4,6 por ciento, respectivamente.
También se pronostica que el crecimiento mundial se desacelerará del 6 por ciento en 2021 al 3,2 por ciento en 2022, y al 2,7 por ciento en 2023, lo que demuestra el perfil de crecimiento más débil desde 2001, a excepción de la crisis financiera mundial en 2008 y la fase aguda de la pandemia de COVID-19 en 2020.
Kang expresó a China Daily que existe una resistencia significativa al crecimiento a mediano plazo en China, como una fuerza laboral cada vez menor y un menor crecimiento de la productividad.
"Sin embargo, las políticas adecuadas pueden ayudar a elevar el potencial de crecimiento y, con ese fin, las reformas estructurales deben ser una prioridad", señaló.
"Acelerar las reformas estructurales basadas en el mercado, como una mayor apertura de los mercados internos, reformar las empresas estatales, garantizar la competencia neutral y leal entre las empresas estatales y las empresas privadas, y eliminar las barreras proteccionistas locales al tiempo que se promueve la inversión ecológica, ayudará a revitalizar el crecimiento productivo e impulsará el crecimiento potencial, tanto a mediano como a largo plazo".
De acuerdo al informe del FMI, la inflación es la más alta en varias décadas y el aumento de las tasas de interés por parte de las principales economías en respuesta a la hiperinflación se encuentran entre los turbulentos desafíos que está experimentando la economía mundial.
La inflación en Estados Unidos se disparó un 9,1 por ciento en junio, desde menos del 2 por ciento de hace dos años, mientras que la lectura del índice de precios al consumidor (IPC) de agosto fue de un 8,3 por ciento.
"Para China, el principal efecto (de las tasas de interés más altas) sería a través de la desaceleración resultante en el crecimiento entre los socios comerciales a medida que la demanda se suaviza. Junto con el desvanecimiento de los factores específicos de la pandemia que habían proporcionado un impulso temporal a las exportaciones, esto significa que el crecimiento sostenido en China en el futuro dependerá más de la demanda interna", admitió Kang.
"Esto se lograría mejor mediante el fortalecimiento del sistema de proyección social y una recomposición de los gastos hacia los hogares que reduciría la necesidad de una alta tasa de ahorros como precaución", sugirió Kang.
Para combatir la hiperinflación global, el informe del FMI propone un ajuste monetario, que es fundamental para detener la inflación, unido a la protección fiscal de los grupos vulnerables.
El informe del FMI pronostica que la inflación mundial aumentará hasta un 8,8 por ciento en 2022 y caerá lentamente a un 6,5 por ciento en 2023. Sin embargo, se proyecta que la inflación en China será del 2,2 por ciento en 2022 y 2023.
"Esto significa que la política monetaria debe seguir siendo acomodaticia para mantener bajos los costos del servicio de la deuda y evitar un endurecimiento abrupto de las condiciones financieras", afirmó Kang.
(Web editor: Rosa Liu, Zhao Jian)