El bombardero furtivo B-21 Raider se presenta en Northrop Grumman el 2 de diciembre de 2022 en Palmdale, California, Estados Unidos. Es el primer bombardero estadounidense en más de 30 años. (Foto: VCG)
Por Liu Xuanzun
El mundo finalmente pudo ver el modelo B-21, el primer bombardero de Estados Unidos en más de 30 años. La aeronave hizo su debut de alto perfil en una ceremonia celebrada este viernes.
Para muchos analistas, la presentación del B-21 busca sacar músculos y disuadir a China.
Heredando algunas fortalezas seleccionadas, y aprovechando las lecciones de las principales deficiencias del B-2 – el poderoso y costoso predecesor del B-21- el nuevo bombardero furtivo puede ser producido en masa y es más pragmático en las principales competiciones de poder, lo que plantea nuevos desafíos para la defensa nacional de China, que según los informes también está desarrollando un bombardero propio de próxima generación.
Celebrado en la Planta 42 de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en Palmdale, California, durante el evento se remolcó al B-21 fuera de su hangar.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, destacó que el bombardero, en desarrollo durante siete años, tiene un largo alcance que hace que no necesite estar basado en el teatro de operaciones y una capacidad de sigilo que significa que los sofisticados sistemas de defensa aérea tendrán dificultades para detectarlo.
Y añadió que el B-21 es fácil de mantener, y puede entregar municiones convencionales y nucleares, está construido con una arquitectura de sistema abierto que lo hace altamente adaptable, y también puede llevar a cabo misiones de recopilación de inteligencia y gestión de batalla.
“A juzgar por su apariencia, el B-21 todavía usa un diseño de ala voladora como el B-2, pero tiene varios cambios en los detalles que mejorarán significativamente la capacidad de sigilo del bombardero, incluida la reducción de su sección transversal de radar y la evasión a más bandas de radiofrecuencia”, resaltó Zhang Xuefeng, experto militar chino.
Con el sigilo mejorado, el B-21 tiene una mayor capacidad en la penetración de las defensas, lo que le permite lanzar municiones de bajo costo en grandes cantidades directamente sobre los objetivos, detalló Zhang. Esto es más barato que usar aviones no furtivos que lanzan costosos misiles de largo alcance.
“Una de las principales razones por las que se desarrolló el B-21 es que el B-2 es demasiado costoso, tanto en construcción como en mantenimiento”, indicó otro experto militar chino al Global Times.
El B-21 es más pequeño y ligero que el B-2, y utiliza sólo dos motores en lugar de cuatro. Esto reduce el alcance y la capacidad de carga útil, pero debe ser más rentable. La Fuerza Aérea de Estados Unidos planea adquirir alrededor de 100 unidades, en comparación con los 20 aviones B-2, resaltó el experto.
Desde que se reveló el B-21, los informes de los medios estadounidenses se apresuraron a establecer conexiones con China, y los analistas comentaron que la medida tiene como objetivo disuadir a China y obtener fondos suficientes para los desarrollos de seguimiento de la aeronave.
El B-21 es parte de los esfuerzos del Pentágono para modernizar las tres patas de su tríada nuclear, que incluye misiles balísticos nucleares lanzados desde silos y ojivas lanzadas desde submarinos, a medida que cambia de las campañas antiterroristas de las últimas décadas para enfrentar la rápida modernización militar de China, informó AP este sábado.
Una gran flota de B-21 planteará nuevos desafíos a la defensa aérea de China, ya que pueden lanzar ataques furtivos desde más direcciones, aprovechando sus capacidades de sigilo: no solo desde el Pacífico Occidental, sino también desde el Mar del Sur de China, e incluso los espacios aéreos territoriales de los países del sudeste y sur de Asia, así como de los países del Medio Oriente. En esos ataques furtivos, los bombarderos estadounidenses podrían atacar centros de comando, bases, aeródromos e instalaciones de misiles chinos, creando brechas en los sistemas anti-acceso y de negación de área del ejército chino, advirtieron los expertos.
“Para contrarrestar los B-21, China puede atacar los aeródromos base de los propios bombarderos. Además, China tiene lo que sea necesario para construir un bombardero similar al B-21”, recordó Zhang.
China ha dado indicios sobre el desarrollo de su propio bombardero de próxima generación llamado H-20, que se espera que también tenga un diseño aerodinámico de ala volante como el B-2 y el B-21.
De acuerdo a AP, se espera que el B-21 realice su primer vuelo en 2023.
Sin embargo, dado el precedente de retrasos y aumentos de costos del B-2, el F-22 y el F-35, el futuro del B-21 puede no ir tan bien como estaba previsto, concluyeron los observadores.
(Web editor: Zhao Jian, 周雨)
