Según los informes, la administración Biden ha dejado de aprobar licencias para que los proveedores estadounidenses exporten la mayoría de los artículos a la empresa tecnológica china Huawei, y está sopesando la prohibición total de separar a Huawei de todos los proveedores estadounidenses, una señal de que el paranoico gobierno estadounidense ha tomado su implacable ataque contra la industria tecnológica china, transformándolo en una batalla geopolítica por la supremacía.
Apuntar a Huawei, un representante de la creciente industria de alta tecnología de China, no es algo nuevo, ya que la compañía fue agregada a la lista negra comercial de EE.UU hace cuatro años. Pero lo que es irónico, según los observadores, es que después de años de restricciones a una serie de empresas tecnológicas chinas, la administración Biden ha vuelto abruptamente al objetivo original.
El libro de jugadas no solo deja al descubierto que los controles de exportación de EE.UU fueron inútiles para socavar las capacidades tecnológicas chinas, sino que también refleja la desesperación de Washington por "subir la apuesta" antes de la llamada segunda Cumbre por la Democracia en marzo, durante la cual pretende contar con más aliados para impulsar la desvinculación industrial con China.
Se estima que la prohibición, cuando entre en vigor, tendrá cierto impacto en los negocios de teléfonos inteligentes y computadoras portátiles de Huawei, aunque la compañía china podría sustituir a los proveedores estadounidenses con otras compañías como MediaTek. Los controles afectarán más a las empresas estadounidenses, que ya están lidiando con ingresos decrecientes y enormes presiones de despido, advirtieron los analistas.
También expresaron su confianza en la capacidad de China para resistir el impacto de la posible prohibición, ya que la preparación del país y las contramedidas a la ofensiva estadounidense se han vuelto cada vez más maduras a lo largo de los años. Desde la perspectiva industrial, se han logrado avances tecnológicos clave y, a nivel de país, los gestos gubernamentales han pasado de la defensa al contraataque proactivo, advirtieron expertos de la industria.
La administración Biden ha dejado de aprobar licencias para que las empresas estadounidenses exporten la mayoría de los artículos a Huawei, informó Reuters el lunes, citando a personas familiarizadas con el asunto.
Hace varios años, a la compañía china se le restringió la importación de 5G y otras tecnologías de EE.UU, pero el Departamento de Comercio de EE.UU luego aprobó licencias para que algunas empresas estadounidenses, incluidas Qualcomm e Intel, vendieran ciertos productos a Huawei, en su mayoría tecnologías por debajo de los estándares 5G.
Mientras tanto, Washington está considerando extender la prohibición a todas las importaciones estadounidenses, aunque las "discusiones están en una etapa inicial", dijo el lunes un informe de Bloomberg. Esto podría incluir elementos por debajo del nivel 5G, como elementos 4G, WiFi 6 y 7, inteligencia artificial y elementos de nube e informática de alto rendimiento, según el informe de Reuters.
En respuesta, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Mao Ning, dijo en una conferencia de prensa de rutina el martes que el corte es pura "hegemonía tecnológica" y que China se opone firmemente a la generalización de los conceptos de seguridad nacional por parte de Estados Unidos y al abuso del poder estatal para reprimir a las empresas chinas.
El país salvaguardará firmemente los derechos e intereses legítimos de las empresas chinas, dijo Mao.
Movimiento 'paranoico, último recurso'
Algunos expertos de la industria describen la prohibición total como un movimiento "paranoico y de última hora" que muestra que, si bien EE.UU ha estado reuniendo todas sus herramientas para frenar a China, todas parecen no haber logrado los resultados deseados. También se está quedando cada vez más sin cartas y teniendo que sumergirse en esferas de nivel más medio y fundamental.
"La lógica de Washington funciona así: si EE. UU. pudiera vencer a Huawei, un símbolo de la destreza tecnológica de China, podría paralizar el impulso ascendente de la industria tecnológica china y debilitar la próspera confianza de los empresarios. Pero la estrategia evidentemente no funcionó”, dijo Ma Jihua, un veterano analista de telecomunicaciones.
Desde que puso a Huawei en la Lista de Entidades en mayo de 2019, EE.UU ha lanzado una guerra tecnológica en toda regla contra China. Una ráfaga de más de 100 gigantes tecnológicos chinos y nuevas empresas han sido atacadas desde entonces, incluidos TikTok, ZTE, SMIC, Yangtze Memory y DJI, citando amenazas a la seguridad nacional.
El bloqueo no detuvo el desarrollo de las empresas chinas ni sus búsquedas de autosuficiencia tecnológica.
El presidente rotativo de Huawei, Eric Xu Zhijun, dijo en diciembre de 2022 que se espera que los ingresos generales de Huawei alcancen los 636.900 millones de yuanes (91.590 millones de dólares) en 2022, lo que marca una etapa crítica de la compañía que "ha logrado salir del modo de crisis". Xu señaló que el negocio de infraestructura de TIC de Huawei ha mantenido un crecimiento constante y que la disminución en el negocio de dispositivos ha disminuido a pesar de la presión de EE.UU.
Las discusiones sobre las medidas también se revelaron en un momento en que EE.UU aumenta la presión sobre los aliados, incluidos Países Bajos, para que se unan a sus camarillas que excluyen a China. También se produce antes de la "Cumbre por la Democracia" en marzo, un escenario que Estados Unidos considera muy importante para unir las fuerzas de los aliados para aislar aún más a China.
"Washington está aprovechando la posible prohibición de una firma tecnológica china para mostrar a sus aliados que ocupa una posición dominante en la cadena de la industria de chips y tecnología", dijo Ma.
Espada de doble filo
Se podría anunciar una decisión sobre la prohibición total en mayo, coincidiendo con el cuarto aniversario de la incorporación de Huawei a la Lista de Entidades, informó Bloomberg el martes.
Pero los expertos de la industria china dudan de que EE.UU tenga la audacia de ejecutar plenamente las medidas, ya que tales controles son un arma de doble filo que podría terminar siendo contraproducente, y que los políticos estadounidenses siempre son "bastante bravucones, pero toman pocas medidas".
Xiang Ligang, un veterano observador de telecomunicaciones, dijo el martes que la prohibición dañaría los intereses comerciales de los proveedores estadounidenses que cooperan profundamente con Huawei, especialmente aquellos que ya enfrentan escasos resultados de ganancias.
Para 2025, las empresas estadounidenses podrían perder 18 puntos porcentuales de participación global y el 37% de sus ingresos si EE.UU prohíbe por completo que las empresas de semiconductores vendan a clientes chinos, según un informe de Boston Consulting Group emitido en marzo de 2020. Las medidas restrictivas anteriores ya supusieron un recorte de miles de millones de dólares para los fabricantes de chips estadounidenses. Los ingresos de Intel disminuyeron un 32% año con año en el trimestre que finalizó el 31 de diciembre, el cuarto trimestre consecutivo de caída de las ventas a medida que el mercado de computadoras personales retrocede en EE.UU.
Intel se negó a comentar sobre las noticias en respuesta a la consulta del Global Times.
Xiang dijo que, al mismo tiempo, el negocio de consumo de Huawei también se vería afectado, ya que empresas como Qualcomm e Intel son proveedores importantes de los negocios de teléfonos inteligentes y computadoras portátiles de Huawei.
Pero los observadores también tomaron nota de la posibilidad de abastecerse en otros lugares, como MediaTek, así como los esfuerzos intensificados de Huawei para lograr avances en las tecnologías de cuello de botella.
En un panorama más amplio, la situación en China es marcadamente diferente a la de hace cuatro años, cuando muchos profesionales de la tecnología aún no estaban preparados para un impulso de desvinculación liderado por Estados Unidos.
A nivel de gobierno, China ha estimulado proactivamente la innovación local y ha organizado contraataques contra las prácticas hegemónicas de EE.UU. También ha fortalecido la comunicación y la cooperación con los aliados de Estados Unidos.
En diciembre, China presentó una demanda ante la OMC por las medidas discriminatorias de EE. UU. en su industria de chips, disparando el primer tiro de una serie de contraataques contra la represión de EE. UU.
Se cree que los aliados de EE.UU y las empresas de EE.UU tenderán a ser pragmáticos al manejar los requisitos del gobierno de EE.UU y encontrarán un nuevo equilibrio que se ajuste a sus intereses comerciales, dijo Tian Yun, un economista independiente.
Por ejemplo, en el caso de las máquinas de litografía, informes recientes de los medios afirman que EE.UU ha presionado a Países Bajos para que prohíban las exportaciones de maquinaria de fabricación de chips de ASML a China. Pero en una llamada telefónica entre el ministro de Relaciones Exteriores de China, Qin Gang, y el viceprimer ministro y ministro de Relaciones Exteriores de Holanda, Wopke Hoekstra, el lunes, Hoekstra dijo que la parte holandesa continuará manejando los asuntos comerciales y económicos con China "de manera responsable", lo que sugiere un cierto nivel de resistencia a obedecer dócilmente las órdenes estadounidenses.
(Web editor: Zhao Jian, 周雨)
