Escombros del terremoto en Antakya, provincia de Hatay, Turquía, 12 de febrero del 2023. [Foto: Xinhua]
Por Mei Xinyu
El terremoto que azotó el 6 de febrero a Turquía y Siria fue uno de los más mortíferos en la historia de esas naciones. Además de arrebatar más de 37.000 vidas humanas y provocar miles de heridos, es muy probable que también afecte a la economía mundial al generar cambios en la logística y el transporte.
Debido a las sanciones que pesan sobre Siria, este país tiene una pequeña participación en la economía mundial. Incluso Turquía, potencia económica de Medio Oriente con ventajas comparativas significativas debido a su tamaño económico y estructura industrial, tampoco tiene hoy mucho peso en la economía global.
El PIB de Turquía en 2022 fue de 853.5 mil millones de dólares, lo que representa solo el 0,84 por ciento del total mundial. Esto quiere decir que el terremoto del 6 de febrero, a pesar de ser devastador, no tendrá un impacto notable en la producción económica mundial, aunque los mercados globales tendrán en cuenta los riesgos que los terremotos masivos tienen en la economía de Turquía. Por ejemplo, varios proyectos de infraestructura importantes que se han construido o están en trámite en Turquía podrían devaluarse, y los costos de inversión y construcción aumentarán significativamente.
Ubicado entre Europa, el mayor importador y mercado de consumo de energía del mundo, y Oriente Medio y Asia Central-Mar Caspio, dos áreas ricas en energía de petróleo y gas, Turquía es un centro global de transporte de energía.
Por otro lado, Rusia ha estado tratando durante años de exportar petróleo y gas a Europa sin pasar por Ucrania, mientras que los países de Asia Central y Azerbaiyán planean abrir nuevas rutas de exportación de petróleo y gas, especialmente hacia Europa. Por su parte, la Unión Europea y Estados Unidos planean abrir el oleoducto y gasoducto Asia-Mar Caspio para debilitar el control de Rusia sobre los suministros de petróleo y gas en la región, e Irán está interesado en abrir canales de suministro de petróleo y gas a Europa eludiendo el Estrecho de Ormuz y el Canal de Suez.
Todo esto requerirá la construcción de oleoductos y gasoductos a través de Turquía.
Desde el comienzo del conflicto entre Rusia y Ucrania, que fue seguido inmediatamente por sanciones occidentales contra Moscú, los suministros rusos de petróleo y gas a través de oleoductos terrestres que pasaban por Ucrania y Polonia estaban muy restringidos y hasta podrían en un futuro próximo detenerse por completo. Y dado que el gasoducto Nord Stream ha sido bombardeado, Rusia necesita urgentemente expandir sus rutas de exportación de petróleo y gas.
Además, Azerbaiyán, Turkmenistán, Kazajstán y Uzbekistán necesitan abrir nuevos canales de exportación de petróleo y gas más allá de la red de oleoductos rusos, porque estas antiguas repúblicas soviéticas quieren expandir sus canales de suministro de energía.
Teóricamente hablando, existen cuatro rutas posibles para expandir canales de suministro: China, Turquía, Irán y Afganistán-Pakistán-India.
Debido a que Irán se ha tambaleado bajo el impacto de las sanciones occidentales y podría enfrentar nuevas sanciones, y ningún oleoducto pasa por Afganistán, Pakistán e India, ya que los riesgos de tal acuerdo son demasiado altos, las únicas opciones realistas son China y Turquía.
Mientras que un oleoducto a través de Turquía puede facilitar el flujo de petróleo y gas a Europa y sus mercados vecinos, extendiéndose a través de los océanos hasta Estados Unidos, el sur de Asia y el este de Asia, el canal chino puede suministrar a China, Asia oriental y los mercados vecinos en el sudeste asiático y más allá.
Varios oleoductos y gasoductos desde Asia Central a China han estado en funcionamiento durante más de 10 años. Con Estados Unidos, Irán y el régimen talibán en Afganistán atrapados en un punto muerto sobre los canales de suministro de petróleo y gas, la opción más realista para Occidente sería ayudar a extender la ruta de petróleo y gas de Asia Central-Mar Caspio a través de Turquía, un miembro de la OTAN, y reducir o incluso detener el suministro de oleoductos y gasoductos China-Asia Central.
Sin embargo, el hecho de que Ceyhan, el centro de transporte de petróleo y gas más importante de Turquía, no está lejos del epicentro debilita la posición de Turquía como centro internacional de transporte de petróleo y gas. Esto, a su vez, pudiera empujar a Rusia y a los países de Asia Central y el Mar Caspio a exportar sus recursos de petróleo y gas hacia el este a través de China, y obligar a Europa a depender más del norte y oeste de África para reemplazar más petróleo y gas rusos.
Este cambio a medio y largo plazo en la fuente de las importaciones de petróleo y gas en Europa puede proporcionar indirectamente apoyo financiero a los fundamentalistas islámicos para expandir sus actividades terroristas y separatistas en África septentrional y occidental, e incluso más allá, intensificando los conflictos religiosos, tribales y nacionales de la región.
Los países europeos tendrán que sopesar los pros y los contras de sus políticas vinculadas.
El autor es investigador de la Academia de Comercio Internacional y Cooperación Económica de China.
Fuente:China Daily
(Web editor: Rosa Liu, Zhao Jian)