BEIJING, 22 may (Xinhua) -- Vietnam y Filipinas se están uniendo para oponerse a China en las disputas por el Mar del Sur de China luego de que ambos prometieron mejorar la cooperación marítima y de defensa para enfrentar los retos de seguridad.
Pero la búsqueda de un aliado no conduce a reducir ese tipo de tensiones ni a mantender la paz y estabilidad en el área.
El primer ministro de Vietnam, Nguyen Tan Dung y el presidente fiipino, Benigno Aquino III, convinieron el miércoles en trabajar para forjar una "alianza estratégica".
La visita del líder vietnamita a Manila se registró en medio de fricciones entre Vietnam y China por la plataforma petrolera en las islas Xisha de China en el mar del Sur de China y subsecuentes desórdenes en Vietnam que dejaron muertos a cuatro ciudadanos de China y más de un centenar de heridos.
Todo indica que Vietnam y Filipinas están ganados a la idea de unirse para confrontar a China por estas disputas.
Sin embargo, antes que tener un efecto disuasivo, la posición conjunta de ambos países sólo conduce a envalentonarlos para crear más problemas, que conllevan a nuevas amenazas a la estabilidad de la región.
Sus acciones más recientes parecen haber sido influenciadas por el apoyo de ciertas superpotencias. Pero aliados no son buenos para resolver las disputas entre dos partes.
En los últimos años, Filipinas ha estado tratando por todos los medios de buscar aliados regionales conforme las disputas empeoran. En 2012, planeó un encuentro de cuatro partes -la propia Filipinas, Vietnam, Brunei y Malasia- sobre los temas del mar del Sur de China. Pero el encuentro tuvo que ser cancelado luego de que se informó que Brunei y Malasia rehusaron atenderlo.
Las acciones violan el espíritu de la Declaración sobre la Conducta de las Partes en el sur del Mar de China y el consenso bilateral respecto al acuerdo en la disputa entre China y los dos países.
En una conferencia conjunta con Aquino, Dung sostuvo que la situación imperante fue causada por China y llamó a la comunidad internacional a emitir una condena.
El primer ministro de Vietnam se confundió y equivocó en un intento por ganar simpatía y apoyo.
Los hechos son bastante claros. Es Vietnam que violó la soberanía de China y la ley internacional al enviar buques, entre ellos varios de guerra, a aguas territoriales chinas, donde China comenzó hace 10 años a trabajar en la perforación petrolera.
Es Vietnam que irracionalmente lanzó la provocación y puso en peligro la paz y la estabilidad en el Mar del Sur de China, al permitir que sus buques embistieran a buques chinos hasta 171 veces.
Su llamado a la presión internacional revela su colusión con complicar y agravar la situación a fin de escalar en más intereses ilegales.
Pese a la oposición de China, Filipinas presentó un recurso formal sobre la disputa en el sur del Mar de China ante un tribunal internacional a finales de marzo. A principios de mayo, la policía de Filipinas detuvo a 11 pescadores chinos en su bote cerca de Half Moon Shoal de China en el Mar del Sur de China.
En tanto, China ha practicado la máxima auto-contención e insistió en examinar los argumentos a través de negociaciones directas.
Las acciones provocativas de Vietnam y las Filipinas se oponen a una solución pacífica y duradera.
Definitivamente, ambos países van en contra de su compromiso de buscar formas de construir confianza y verdad y del espíritu de cooperación y entendimiento.
Se reportó que Dung dijo que Vietnam está considerando varias opciones de defensa, incluyendo acciones legales conforme la ley internacional, en torno a la disputa.
Vietnam debería ser severamente advertido en contra de seguir el curso de Filipinas y de adoptar pasos provocativos adicionales. Al hacerlo sólo complicará la situación, afectará la estabilidad de la región y dejará ver la inutilidad para solventar una disputa.