LA HABANA, 2 jun (Xinhua) -- El gobierno cubano inició un experimento de carácter local este mes en el municipio especial Isla de la Juventud para la comercialización de insumos, equipamientos y servicios especializados del sector agropecuario.
Las entidades de la base productiva agropecuaria y los agricultores pequeños son los autorizados a efectuar esas compras, de forma liberada y a precios sin subsidio.
Estos suministros a los trabajadores del campo eran controlados hasta ahora por las autoridades y a precios subsidiados.
Para las adquisiciones, los interesados deben presentar el Certificado de Tenedor Inscrito, que expide el Registro de Tenencia de la Tierra.
El pago de los insumos y equipamientos se hace en efectivo o mediante cheque en el momento de la compra, con excepción del equipamiento para inversiones donde la forma de pago se pacta en el contrato económico.
Dignora Wilson, especialista principal de uno de los tres centros comerciales estatales que tienen esa oferta, informó que entre los 80 renglones de insumos en venta figuran insecticidas, fertilizantes, medicamentos, piensos, implementos agrícolas, neumáticos y otros.
Explicó que para dispensar algunos de los servicios especializados cada unidad comercializadora cuenta con un ingeniero agrónomo y un médico veterinario, que se encargan de orientar a los productores que lo soliciten.
Este conjunto de normativas se publicó en la Gaceta Oficial Extraordinaria No. 26 del pasado 21 de mayo, entre las cuales aparece la Resolución No. 218 del ministro de la Agricultura que contiene el Reglamento para el desarrollo de dichas actividades.
Especialistas de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo explicaron que con este experimento se asegura en lo fundamental el ciclo de producción, al disponerse en cantidad y oportunidad los insumos básicos.
Asimismo, se continúa el paso gradual de la asignación normada y administrativa de insumos y equipamiento a métodos que permitan el acceso directo a los mercados mayorista y minorista, en correspondencia con la capacidad financiera del país y de cada productor.
Los expertos precisaron que durante un año se evaluará el desarrollo de dicho experimento para luego, en dependencia de los resultados, realizar las adecuaciones pertinentes antes de su generalización.
Este ensayo se inscribe en el "reordenamiento" del sector agrícola, que forma parte del plan de reformas económicas para "actualizar" el modelo económico socialista de la isla.
Desde que el presidente cubano Raúl Castro asumió el cargo en 2006, declaró la producción de alimentos un asunto "estratégico" de su gobierno e inició una reforma del sector que incluyó desde 2008 el reparto de tierras estatales ociosas en usufructo.
Cuba importa cada año el 80 por ciento de los alimentos que consume, con una factura que fluctúa entre los 1.500 y 2.000 millones de dólares debido a sus crecientes precios.
Hasta enero último, el gobierno había entregado 1,5 millones de hectáreas de tierras estatales ociosas, de las cuales el 79,2 por ciento ya fueron puestas en explotación por más de 174.000 productores privados, según cifras oficiales.
En 2010 se autorizó la venta de productos agrícolas en kioscos en la periferia de pueblos y ciudades, como parte de la apertura de pequeños negocios privados que hoy suman más de 200 oficios para que absorban parte del recorte --aún en ejecución-- de 500.000 empleos estatales.
Durante 2011, las autoridades aprobaron créditos con tasas de interés bajas a los trabajadores agrícolas y se pronunciaron por agilizar el sistema de acopio y comercialización de sus productos tras registrarse la pérdida de cosechas debido a problemas en el mecanismo estatal de transporte y comercialización en el sector.
Dos años después se ampliaron las posibilidades de comercialización directa entre productores agropecuarios y entidades turísticas en la isla.
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