BUENOS AIRES, 3 jul (Xinhua) -- Argentina pidió este jueves respaldo internacional ante la Organización de Estados Americanos (OEA) en la disputa que mantiene con tenedores de bonos que declinaron participar en canjes de deuda y exigen más de 1.300 millones de dólares, reclamo que tiene lugar ante la Justicia de Estados Unidos.
La tarde del jueves, el canciller, Héctor Timerman, y el ministro de Economía, Axel Kicillof, presentaron el caso ante un plenario de cancilleres de la OEA, en Washington.
"Le pedimos al mundo, a la OEA, que tome cartas en el asunto", instó el titular del Palacio de Hacienda.
Kicillof enfatizó que "venimos a requerir soluciones urgentes, no solo pronunciamientos". "Hay problemas de plazos, porque estamos hoy en un momento donde, según algunas interpretaciones, Argentina tiene 28 días para evitar un default de su deuda soberana", remarcó a continuación.
En esa línea, el ministro de Economía advirtió que "Argentina no quiere ser un caso de estudio para los libros de texto de cómo, por una decisión absurda, sufrió un pueblo, una nación, y cómo después aparecieron los remedios".
Criticó así la decisión del juez de Nueva York Thomas Griesa, que falló a favor de fondos especulativos de inversión, entre ellos NML y Aurelius, que declinaron ingresar en canjes de deuda instrumentados en 2005 y 2010 y reclaman unos 1.330 millones de dólares.
Griesa, además, dispuso que si Buenos Aires quiere pagar a los bonistas que sí accedieron a los canjes, al mismo tiempo debe pagar a quienes no lo hicieron.
Para Argentina, los fallos de Griesa violan sus intereses y afectan a cualquier otra reestructuración de deuda soberana que se deba encarar en el futuro, bajo el argumento de que tenedores de títulos por alrededor de 1,6 por ciento del total perjudican los intereses de los acreedores que, en porcentaje de 92,4 por ciento, sí aceptó canjear bonos.
En su intervención, Timerman subrayó que "la Argentina jamás, tenga que hacer lo que tenga que hacer, va a abandonar al pueblo argentino para favorecer a los fondos buitres", en alusión a los fondos de inversión.
"Queremos pagar, no vamos a saltar por la ventana. No vamos a liquidar a nuestro pueblo para que cobren los fondos buitres", abundó el jefe de la diplomacia argentina.
Antes de las intervenciones de Kicillof y Timerman, hizo uso de la palabra el secretario general de la OEA, el chileno José Miguel Insulza, quien señaló que la situación que atraviesa Argentina "reviste un indudable interés para todo el hemisferio".
"La situación provocada por la acción de los fondos especulativos en contra de la economía argentina no solo amenaza la estabilidad financiera de este país hermano, sino que además daña gravemente los mecanismos de reestructuración de deuda soberana que se han venido desarrollando, con el acuerdo de los organismos internacionales de crédito, para permitir a numerosos países superar sus crisis de deuda y ponerse nuevamente en la perspectiva del crecimiento", sostuvo.
A primera hora de la mañana, desde Buenos Aires, el jefe del Gabinete de Ministros, Jorge Capitanich, había lamentado el "vacío legal internacional" en torno a las reestructuraciones de deuda soberana, en virtud de la disputa que el país mantiene con un grupo minoritario de acreedores.
"No hay una regulación respecto al apoyo de las mayorías para un acuerdo con los acreedores, como ocurre entre privados", señaló el alto funcionario en declaraciones a la prensa en la Casa de Gobierno.
Por ello, había instado a un "debate internacional" al respecto y censuró "el comportamiento predatorio de los fondos buitres (por los fondos especulativos de inversión), que son buitres justamente porque no responden a ninguna estrategia de negociación, sino simplemente pretenden alterar la reestructuración, con fines inconfesables u ocultos".
Argentina reestructuró su deuda en 2005 y 2010 tras declararse en suspensión de pagos por alrededor de 102.000 millones de dólares en 2001.
Al proceso de canje ingresó el 92,4 por ciento de los acreedores, que aceptaron una quita promedio de 66 por ciento.