RIO DE JANEIRO, 10 ago (Xinhua) -- La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, aseguró hoy que el gobierno podría aumentar próximamente el precio de la gasolina en el país, pero aclaró que es un asunto en el que ella no tiene "competencia" para una decisión.
"El reajuste podría darse "en algún momento, pero no estoy diciendo si habrá o no un aumento, además porque no tengo competencia para tomar esa decisión", dijo Rousseff durante un acto electoral.
El viernes pasado, se divulgaron los resultados de la petrolera estatal Petrobras en el segundo trimestre, cuyo beneficio cayó un 20 por ciento hasta los 2.170 millones de dólares en comparación con el mismo período del año pasado, lo que se atribuyó al precio por debajo del mercado internacional de la gasolina vendida en el país.
Pese a que en Petrobras se ha pedido, desde hace tiempo, un reajuste de los precios para equilibrar sus números, el gobierno brasileño ha evitado hasta ahora subir los precios del combustible por el impacto que esta medida tendría en la inflación.
Sobre los números de la petrolera estatal, que en el primer semestre bajó su lucro en un 25 por ciento en comparación con los primeros seis meses de 2013, con 4.525 millones de dólares, la presidenta de Brasil expresó su esperanza de que la situación "sea revertida" en los próximos trimestres.
La mandataria defendió el aumento de precios "sistemáticos" por la estatal del combustible, que es entregado a las distribuidoras, como en 2012 y 2013, y dijo que es un "deber del Estado" el hecho de "preservar" la petrolera, que vive momentos convulsos tras la denuncia de diversos casos de corrupción.
Petrobras es objeto de investigaciones por las supuestas irregularidades en la compra de la refinería Pasadena, en Texas (Estados Unidos) en 2006.
"La presión política ante esa situación no es correcta. No muestra madurez. Utilizar cualquier rumor político para comprometer una gran empresa y su dirección es muy peligroso", declaró Rousseff, en respuesta a las críticas lanzadas por sus dos principales rivales, el socialdemócrata Aécio Neves y el socialista Eduardo Campos, por la gestión de la compañía y sus supuestos casos de corrupción.