Por Ricardo T. Rivas
BUENOS AIRES, 20 ago (Xinhua) -- El jefe de Gabinete de Ministros Jorge Capitanich, sostuvo que "el impacto de una eventual orden de desacato" que podría dictar el juez norteamericano Thomas Griesa contra la Argentina por incumplir una sentencia dictada años "la debe explicar el mismo" magistrado.
"No es exactamente lo mismo una persona física o una persona jurídica, que un país soberano" afirmó Capitanich en diálogo con la prensa local en la Casa Rosada (sede del Gobierno federal) cuando fue consultado sobre la decisión de la presidenta Cristina Fernández de enviar al Congreso un proyecto de Ley para reestructurar el 100 por ciento de la deuda pública reestructurada en 2005 y 2010 con bonos bajo jurisdicción de los tribunales locales.
En línea con la Jefa de Estado, el jefe de Gabinete reiteró la condición de soberana que reúne el país y, cuestionó una vez más la "alevosía" con la que actúan los fondos buitre litigantes contra el país sudamericano, que "destruyen el marco regulatorio" y "atacan dura y tenazmente" a quienes no aceptan sus exigencias.
"Los fondos buitre promueven una acción de carácter político, (porque) no hay un interés económico (y, lo más trascendente e importante es que manifiestan un claro principio de mala fe", enfatizó Capitanich.
Asimismo -al igual que la mandataria y sin hacer referencia al principio de continuidad jurídica de los Estados- Jorge Capitanich reiteró que lo que demandan los fondos buitres es "una deuda no generada por este Gobierno, que ha pagado 190.000 millones de dólares, y que ha sufrido la máxima agresión de los organismos multilaterales de crédito".
Las palabras del Jefe de Gabinete fueron las primeras expresiones gubernamentales luego que, en la noche pasada, la presidenta Fernández, durante 43 minutos, a través de la cadena nacional, informó que enviará un proyecto de Ley al Parlamento para declarar "de interés público el pago de la deuda soberana" acordado con los tenedores de bonos en los años 2005 y 2010.
La mandataria realizó el anuncio a través de la cadena nacional durante la cual -antes de dar a conocer su decisión- reivindicó la totalidad de las acciones realizadas por su Gobierno para resolver la cuestión de la deuda argentina.
La Jefa de Estado aclaró que en la operación que definirá el Congreso cuando analice y debata el proyecto para el pago soberano de la deuda externa, alcanzará a la totalidad de los tenedores de bonos emitidos en los años mencionados ya que los bopnistas "podrán elegir un fideicomiso tal como lo establecen sus derechos".
En ese contexto la presidenta Fernández impulsa la creación de un fideicomiso en el Banco Central (BCRA) que administrará los fondos depositados para el pago de deuda, ya que tendrá "fines específicos determinados por ley" y es "la única aplicación que se le puede dar a esos recursos son los establecidos por la propia ley que crea el fideicomiso" por lo que "nadie podrá tocar (esos fondos), porque son de nuestros acreedores".
Pese a ello, Fernández precisó que la Argentina "respetará los canjes de su deuda hechos en 2005 y 2010 y bajo esos términos propondrá ingresar a los tenedores de bonos que no aceptaron estas reestructuraciones".
Agregó que el BCRA "garantizará el pago a los servicios de deuda en base a los convenios (suscriptos en) 2005 y 2010" y, "se autoriza al ministerio de Economía a pagar los fondos del fideicomiso donde serán mantenidos a la espera de ser cobrados por los acreedores".
En el mensaje sostuvo además que "esto es para los futuros gobiernos", y resaltó: "Si yo firmara lo que muchos quieren que firme, seguramente algunos aplaudirían, pero la bomba explotaría después. A mí me queda poco de mandato, por eso no es para este gobierno sino para el que vendrá".
Previamente, Cristina Fernández recordó cuál fue la evolución de la economía argentina desde el default decretado en los últimos días de 2001 por el presidente Adolfo Rodríguez Saá, luego que entre los días 19 y 20 de aquel mes, estallara la crisis política, económica y social más grande de la historia argentina reciente que provocó la renuncia del entonces presidente Fernando de la Rúa (1999-2001), dos años antes de la finalización de su mandato.
"Me dirijo a todos y todas para abordar un tema complejo que nos atañe a los argentinos de hoy y del futuro. A partir del golpe de Estado y los sucesivos gobiernos democráticos la deuda externa fue creciendo y convirtiéndose en un condicionante del crecimiento", dijo la Jefa de Estado desde su despacho oficial.
En su reseña histórica reinvindicó al presidente Néstor Kirchner (2003-2007) quien lideró el "el primer gobierno que comenzaba a reducir la deuda externa y pagarla", mientras que ántes de aquel mandatario las políticas que se aplicaban eran sólo "una bicicleta financiera" y destacó como "exitosa" la reestructuración de deuda pública que desarrolló en 2005.
"Con el primero de los canjes, el del 2005 se logró un acuerdo con el 76 por ciento de los acreedores que aceptaron quitas de hasta el 65 por ciento", evocó Cristina Fernández quien sostuvo que en los últimos años la Argentina vivió "años de desendeudamiento pero también de desarrollo, porque todo esto no se pagó con el hambre del pueblo".
Recordó además que "para adquirir autonomía", desde el 25 de amyo de 2003, su gobierno y, previamente, el de Kirchner, renegociaron la deuda externa con el 92,4 por ciento de los tendedores de bonos, se le pagó al Fondo Monetario Internacional (FMI), se acordó con el Club de París y se comenzó a arribar a acuerdos con el CIADI (tribunal arbitral del Banco Mundial).