Los murciélagos, probable fuente de la actual epidemia de ébola |
Fuente:agencias
Pekín, 31/12/2014(El Pueblo en Línea)-Émile Ouamouno, el niño guineano que se cree fue la primera víctima de la epidemia de ébola que estalló en África este año, pudo haberse infectado al jugar en un árbol que albergaba una colonia de murciélagos.
Un grupo de científicos encontró la probable fuente del brote durante una expedición al pueblo Meliandou, lugar donde vivía Émile. Durante la investigación de campo entrevistaron a los habitantes locales y tomaron muestras.
Situada en la región boscosa de Guinea, Meliandou es una pequeña localidad compuesta tan sólo por 31 casas, rodeada por palmas del aceite y árboles de gran tamaño.
Esos cultivos parece que fueron los que atrajeron a los murciélagos que trasmitieron el ébola a Émile.
Durante la expedición que el epidemiólogo Fabian Leendertz, del Instituto Robert Koch de Berlín, y sus colegas realizaron a la zona, encontraron un tronco hueco de un gran árbol situado a unos 50 metros de la casa del niño.
Al parecer, Émile -quien falleció de ébola en diciembre de 2013- y sus amigos solían jugar en las inmediaciones del árbol.
Este fue quemado en marzo de 2014 y, según los habitantes locales, de él salió "una lluvia de murciélagos".
Los científicos sospechan desde hace varios años que estos murciélagos -que migran largas distancias y forman grandes colonias en los bosques y cerca de ciudades y pueblos- son portadores del ébola.
Pese a ello, la transmisión directa a los seres humanos es rara, a pesar de que en países como Guinea maten a estos animales para comérselos.
En Meliandou habían cazado muchos ejemplares, aunque los desecharon después de que el gobierno guineano prohibiera el consumo de carne de animales silvestres.
Pese a que la carne de animal puede ser fuente de propagación de ébola, los científicos no creen que ese sea el origen del actual brote, que ha casuado la muerte de cerca de 8.000 personas en África Occidental.
En vez de eso, sospechan que Émile pudo infectarse al estar expuesto a los murciélagos y sus excrementos al jugar alrededor del árbol en el que vivían los animales.
Los investigadores tomaron muestras de murciélagos que cazaron en las inmediaciones de Meliandou, sin encontrar rastro del virus del ébola.
Pese a ello, se sabe que estos animales pueden ser portadores de la enfermedad, aunque según el doctor Leendertz no es muy habitual.
Los murciélagos de la fruta migran largas distancias y forman grandes colonias en los bosques y cerca de ciudades y pueblos.
Si lo fuera, señala el especialista, con la gran cantidad de carne de murciélago que se consume en la zona se registrarían brotes de ébola todo el tiempo.
Leendertz cree que es importante seguir investigando a los murciélagos, que en muchas ocasiones viven bajo los tejados de las casas.
El experto no considera que matarlos sea la solución para acabar con el ébola, entre otras cosas porque estos animales se alimentan de los mosquitos portadores de la malaria y ello haría que los casos de esta enfermedad aumentaran.