El uso de mascarillas faciales transforma los recuerdos |
Fuente:agencias
Trieste,Italia,16/01/2015(El Pueblo en Línea)-Aunque tú no seas consciente de ello, tu cuerpo te está ayudando a pensar y recordar las cosas que haces. En sucesivos experimentos, los neurocientíficos han comprobado que podemos olvidar algo concreto por el mero hecho de atravesar una puerta, o que si nos ponen un poco de bótox en el entrecejo tenemos más dificultad para recuperar determinadas expresiones emocionales. Todo esto sucede porque nuestro cuerpo, y nuestra cara, está reproduciendo de alguna manera lo que sentimos, como cuando sonreímos si nos agrada o nos tensamos si nos causa preocupación.
Para profundizar en el conocimiento de este fenómeno, a la neurocientífica Jenny-Charlotte Baumeister, investigadora del centro SISSA de Trieste (Italia), se le ocurrió probar qué sucede con nuestra memoria cuando no podemos gesticular ni mover un solo músculo de la cara. Para ponerlo a prueba probó primero con mascarillas de escayola, pero eran demasiado rígidas y molestas, así que terminó eligiendo una mascarilla facial de algas que se vende como producto cosmético y que inmoviliza por completo el rostro del sujeto.
Para la investigación se seleccionaron 80 voluntarios, todos italianos, a los que se dijo que participaban en un estudio sobre la conductividad de la piel. En una primera fase, los sujetos se sentaron delante de la pantalla de un ordenador en la que iban apareciendo 144 palabras y debían pulsar un botón cuando consideraran que la palabra tenía que ver con la emoción (ejemplos: miedo, casa, alegría...)
Tras relajarse durante una hora los voluntarios volvían a la pantalla y tenían una prueba sorpresa. Les volvían a poner un montón de palabras y debían decidir cuáles habían visto en la prueba anterior (la mitad eran nuevas). Para asegurarse de los resultados, una parte de los voluntarios llevaban una mascarilla de control (con un material que sí permitía los movimientos faciales), de modo que los científicos podían descartar qué efecto se debía al mero hecho de llevar algo en la cara. Los voluntarios también llevaban la máscara a veces en la primera prueba, en la segunda o en las dos.
El resultado indica que en la primera parte del experimento los sujetos que llevaban la máscara rígida eran menos hábiles a la hora de señalar si una palabra tenía contenido emocional. En la segunda parte del experimento, todos recordaban las palabras neutras igual de bien, pero los que habían llevado la máscara en la primera parte era significativamente peores recordando palabras emocionales. De alguna manera, concluyen los autores del trabajo, el hecho de impedir los movimientos faciales empeora la capacidad de recordar las palabras asociadas a una emoción que los habría activado.
Para Baumeister los resultados son interesantes pero no sorprendentes. De alguna manera, somos buenos recordando cosas que activan nuestras emociones y viceversa. Su intención ahora es conocer mejor los mecanismos neuronales que conducen a esta respuesta.