La biblioterapia como herramienta de autoayuda |
Fuente:agencias
Londres,19/01/2015(El Pueblo en Línea)-La biblioterapia se ha convertido en un término de moda de los últimos años, utilizado por investigadores y por blogueros.
Se sabe que la lectura agudiza el pensamiento analítico, lo que nos permite discernir mejor los patrones y ayuda a mejorar nuestra socialización. Y esto es una herramienta muy útil ante conductas desconcertantes de otros y de nosotros mismos.
Pero, en particular, leer ficción puede hacerte socialmente más hábil y empático.
La biblioterapia como herramienta de autoayuda
El Diccionario Médico Ilustrado de la editorial Dorland’s fue el primero en reconocer la biblioterapia, en 1941.
La definió como "el empleo de los libros y la lectura en el tratamiento de las enfermedades nerviosas".
No obstante, de acuerdo al Oxford English Dictionary, el término apareció impreso por primera vez en 1920, en la obra "La librería encantada", de Christopher Morley.
La novela transcurre en una librería de Brooklyn, en Nueva York, llamada Parnassus at Home.
La librería en cuestión es el paraíso del bibliófilo, con su aroma a "papel gastado y cuero" y al tabaco de la pipa de su dueño, el señor Mifflin.
Y Miffin no es sólo un vendedor de libros, también un "practicante de la biblioterapia".
"Mi placer es prescribir libros a los pacientes que acuden aquí y quieren contarme sus síntomas", lo explica él mismo en la novela.
"No hay nadie más agradecido que el hombre al que le diste justo el libro que su alma necesitaba sin saberlo".
El año pasado se publicó un estudio hecho en Reino Unido e Italia que demostraba cómo la lectura de la saga Harry Potter hacía que los jóvenes tuvieran una disposición más positiva con respecto a minorías estigmatizadas, como por ejemplo, los refugiados.
En el 2013, psicólogos del New School for Social Research de Nueva York, Estados Unidos, hallaron que la ficción literaria aumentaba la capacidad de leer las emociones ajenas.
La biblioterapia como herramienta de autoayuda
El proceso de lectura puede cambiar el comportamiento de un lector, según un estudio llevado a cabo por investigadores de la Ohio State University en 2012. Éste concluyó que los lectores que se sentían identificados con un personaje de ficción que superaba obstáculos para poder votar resultaron más propensos a emitir su voto en unas elecciones reales.
También está demostrado que leer poesía estimula partes del cerebro relacionados con la memoria.
El filósofo griego Aristóteles apuntó en su obra "La Poética" que la poesía -término con el que se refería a la ficción - es más seria que la historia.
Mientras los historiadores se preocupan por verificar qué paso y cuándo, la ficción nos permite ver lo que pudo haber ocurrido. Eso ejercita nuestra imaginación y con frecuencia también nuestro sentido de la moral.
Y es que si el libro es el adecuado, el tiempo que se pasa leyéndolo estará siempre bien empleado.