En las finanzas globales, una mayor participación hace la diferencia |
Por Hua Xiuping
El presidente Xi Jinping se reúne con los invitados a la ceremonia del lanzamiento del Banco Asiático de Inversión para Infraestructura (BAII) el 24 de octubre de 2014. [Foto: Agencias]
Pekín, 26/03/2015(El Pueblo en Línea)- La decisión de China para establecer un Banco Asiático de Inversión para Infraestructura (BAII) que financie proyectos en la región y más allá de Asia ha creado tensiones entre Estados Unidos y algunos de sus aliados.
El Reino Unido ha decidido unirse al BAII como miembro fundador, gesto que ha alentado a Alemania, Francia e Italia a seguir su ejemplo.Australia y Canadá también sopesan unirse al BAII.
Para los Estados Unidos la adhesión de estoa países ha sido un duro golpe en su obsesión de consolidar un frente anti BAII. El domingo, Nathan Sheets, subsecretario del Tesoro estadounidense, declaró que la administración Obama está proponiendo una alianza formal entre el BAII y el Banco Mundial -que Estados Unidos controla-.
El sistema financiero internacional basado ha estado regido por el dólar durante 70 años. Estados Unidos es fuerte por su influencia monetaria, su poderío militar y sus acuerdos de seguridad. Pero las instituciones claves en este sistema como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Asiático de Desarrollo, dejan poco espacio a otros países para desempeñar un papel destacado en la economía mundial e influir en las finanzas globales.
La opinión internacional sobre el BAII está dividida. Algunos temen que el Banco Asiático de Inversión para Infraestructura, propuesto por China, tenga un impacto destructivo sobre los recursos naturales y el medio ambiente. Otros, apoyan la diversificación de los canales financieros para el desarrollo de la infraestructura regional.
Está claro que los organismos financieros globales ya existentes como el FMI, el Banco Mundial y el Banco Asiático de Desarrollo pueden cubrir sólo una parte de la necesidad actual. El Banco Asiático de Inversión para Infraestructura significará menos limitaciones en préstamos para el desarrollo.
El actual orden financiero global ha sido duramente críticado. Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, ha fustigado severamente las políticas neoliberales del FMI y del Banco Mundial porque actúan contra los intereses de los países en desarrollo y provocan crisis financieras como la crisis de Asia y Argentina.
La iniciativa de China de establecer el BAII es un discreto intento de ayudar a la renovación institucional internacional y ha sido condicionada por dos factores. China necesita responder a los retos en el proceso de reequilibrio de su estructura económica interna -a nivel macroeconómico- y fortalecer la protección de los derechos de propiedad y eficiencia empresarial -a nivel micro-. Por otra parte, como la gran potencia económica que es, China también está dispuesta a desempeñar una mayor actividad en la escena internacional. En este sentido, mientras tenga mejores compromisos políticos y económicos con los países occidentales como, por ejemplo, con Reino Unido, será un factor de éxito en ambas vías.
Desde una perspectiva global, el BAII proporcionará una plataforma para que muchos países puedan invertir y crecer juntos, así como desbloquear los beneficios potenciales de las mayores economías mundiales y equilibrar las prácticas financieras internacionales.
Parece que Estados Unidos intenta impedir que China redefina las reglas económicas y financieras en Asia, ya que considera la propuesta de la cooperación china como un desafío a su posición global dominante.
Hay también otros riesgos, por ejemplo demostrar capacidad para garantizar el desarrollo sostenible, aceptación global y un grado suficiente de transparencia y rendición de cuentas en la gestión del BAII. Los retos siguen siendo grandes para China y tiene que aprender a diseñar estrategias eficaces y eficientes para superarlos.
En particular, China tiene que tomar medidas para mejorar la protección de los inversores pues la experiencia mundial demuestra que mejorar la protección jurídica de los inversionistas es mantener la calidad del mercado financiero. Los países que optan por mecanismos menos protectores, a largo plazo terminan con menos proyectos en la mano e incapacidad para garantizar rendimientos sostenibles.
Trabajar con países que tienen una mejor protección a los inversionistas como la tiene Reino Unido es, sin dudas, un buen comienzo.
Para ganar el apoyo de la comunidad internacional y lograr mayores acuerdos que beneficien al joven Banco Asiático de Inversión para Infraestructura, China tiene que hacer bien las cosas.
El autor es director adjunto del Centro de Finanzas Globales del Colegio de Negocios de la Universidad de Nottingham.