Cuba registra un serio déficit de agua |
LA HABANA, 22 jul (Xinhua) -- Cuba, que sufre una dura sequía desde hace años, vive hoy un serio déficit de agua con apenas el 37 por ciento de la capacidad de llenado de las presas de la isla.
El promedio de lluvias durante mayo y junio últimos quedó por debajo del valor histórico, al reportarse un acumulado de 273,4 milímetros, equivalente al 75 por ciento de lo que debe caer en esa etapa del calendario, de acuerdo con un informe del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) al que tuvo acceso Xinhua.
Las cifras del Servicio Hidrológico Nacional de la Dirección de Uso Racional del Agua, del INRH indicaron que la región occidental fue donde menos llovió con 274,6 milímetros, el 71 por ciento de la media histórica.
En el centro y oriente de la isla el panorama resultó un poco más favorable, pues alcanzaron el 76 y el 77 por ciento de sus respectivos registros habituales para esos dos meses.
Sobresale en el informe lo sucedido en junio, que junto con septiembre es el más lluvioso del año, pero en el que solo se registraron 135,8 milímetros de lluvia, cifra que representa el 70 por ciento de la media mensual.
El documento indicó que al cierre de junio los 242 embalses administrados por el INRH retenían 3.417 millones de metros cúbicos, lo cual representa el 37 por ciento de la capacidad total.
Aun cuando comparado con mayo aumentó en 100 millones, ese volumen está por debajo del promedio histórico para la fecha en 1.844 millones de metros cúbicos.
Del total de embalses cubanos, 161 tienen menos del 50 por ciento de llenado útil, y de estas, 111 no llegan ni siquiera al 25 por ciento.
En febrero del pasado año, el director de Organización, Planificación e Información del INRH, Bladimir Matos, adelantó que se alista una Ley del Agua, que "regulará el uso equitativo y el derecho común a ese recurso, el pago de su uso, así como la necesidad de lograr una cultura de ahorro en los usuarios".
Esa legislación reforzará la prioridad que dan las autoridades al empleo más eficaz de los recursos hídricos, y en primer término al uso racional y productivo del agua disponible, la utilización eficiente de la infraestructura construida, la administración de riesgos en función de la calidad del líquido potable y de otros peligros asociados a eventos extremos del clima.
Matos señaló que fomentar el empleo racional del agua en función del desarrollo socioeconómico del país significa asegurar la gestión integrada de esta por cuencas hidrográficas con vistas a su disponibilidad, protección y a la reducción de inundaciones, así como promover e introducir tecnologías y conocimientos que aseguren un uso eficaz y competente del agua.
El agua es un recurso natural renovable, pero finito, limitado y frágil, y las autoridades aseguran que aún existen incomprensiones e insuficiente reconocimiento sobre su carácter de indicador económico, tanto global como ramal.
La isla cuenta con una infraestructura hidráulica que incluye 242 presas, decenas de micropresas, cerca de 2.420 acueductos, más de 22.000 kilómetros de redes, casi 70 plantas potabilizadoras y 5.316 kilómetros de alcantarillado, entre otras facilidades, a las cuales se suman derivadoras, canales magistrales, estaciones de bombeo y diques.
Cuba posee una capacidad máxima de recursos hidráulicos disponibles de alrededor de 13.600 millones de metros cúbicos, considerando las aguas superficiales y las subterráneas, volúmenes que superan las demandas actuales de la economía, la sociedad y la protección del medio ambiente.
El gobierno ejecuta ahora diversos programas para hacer un uso adecuado y racional del agua mediante la utilización eficiente de esas instalaciones y una conciencia de ahorro en la población y las empresas, teniendo en cuenta la baja disponibilidad de ese recurso.
También desarrolla proyectos dirigidos también a enfrentar los problemas de la sequía, las inundaciones por intensas lluvias, así como a elevar la calidad del vital líquido y su distribución, además de reducir las pérdidas.
Otra prioridad ya en ejecución es el metraje del consumo hidráulico tanto para los centros estatales como el sector residencial, y se trabaja en la reparación o sustitución de estaciones de bombeo, el sistema de saneamiento y en un programa destinado a la producción de herrajes hidrosanitarios, con énfasis en la calidad y el estudio de precios asequibles para su comercialización.
El gobierno aplica una Política Nacional del Agua que abarca desde las fuentes de abastecimiento hasta la que llega a cada usuario, y se fundamenta en el uso racional y productivo de las cantidades disponibles, la explotación eficiente de la infraestructura construida, la gestión asociada a la calidad del líquido y los riesgos vinculados a eventos climáticos extremos.