El relator de las Naciones Unidas (ONU) para la Tortura, Juan Méndez, concedió hoy una rueda de prensa donde aseguró que la tortura es algo habitual en las cárceles brasileñas, y que fue heredada de la dictadura militar.
Méndez declaró esto tras haber visitado pasado los últimos días en varios presidios brasileños, en los que entrevistó a presos y constató las habituales prácticas de tortura, con cascos, choques eléctricos con pistola láser y ahogamiento con agua y bolsas de plástico.
Para Méndez, tales prácticas fueron heredadas de la dictadura militar, donde la tortura era una "política estatal y deliberada", y criticó que la mayoría de los crímenes no sean investigados y que sus autores, agentes del estado, no sean castigados.
"No encontramos pruebas de que estos crímenes fueran adecuadamente investigados, ni en un proceso penal o un castigo. Supimos de casos muy serios, pero que, como máximo, terminaron en prisión y luego la liberación de los acusados", dijo Méndez.
"No escuchamos ninguna noticia de una condena por el crimen de tortura. No quiero decir que no ocurrió. Pero en este período, no constatamos una condena formal", criticó el funcionario de la ONU.
Para él, "la policía disfruta de la impunidad y sabe que no será investigada ni castigada" por abusar de los presos, condenó.
Méndez constató que en las prisiones brasileñas el trato a los presos es cruel e inhumano y citó el hacinamiento de las cárceles como un grave problema.
"Brasil tiene hoy 600.000 presos. En una relación per cápita, es la cuarta mayor población carcelaria del mundo. (...)La tasa de encarcelamiento en Brasil se da de forma muy rápida," explicó Méndez.
Agregó que las cárceles presentan condiciones infrahumanas y que la comida ofrecida no presenta ni aspecto visual ni olor de ser comestible.
Por último, el funcionario de la ONU criticó la posibilidad de que el Congreso rebaje la edad penal en el país a los 16 años, algo que "viola las normas internacionales y es un grave error desde el punto de vista práctico. Sólo aumenta el hacinamiento carcelario", comentó.
Tras visitar varias presiones en todo Brasil, el relator presentará un informe final al Consejo de Derechos Humanos de la ONU en marzo de 2016.