Las matemáticas valen más la pena de lo que pensamos

Actualizado a las 19/08/2015 - 17:05

Palabras clave：matemáticas

Por Xu Yongheng

Equipos participantes en la Olimpiada de Matemáticas en Chiang Mai,Tailandia. [Foto: China Daily]

Pekín, 19/08/2015(El Pueblo en Línea)- El mes pasado, Estados Unidos desplazó a China como rotundo ganador de la Olimpiada de Matemáticas 2015, su primera victoria en 21 años. Esta derrota ha sido como un "nock-out" para mucha gente. Aunque muchos admiten que el estándar de las matemáticas en China ha ido descendiendo paulatinamente.

Muchos se han quejado de que la matemática compleja es demasiado difícil de aprender y además, no resulta de gran utilidad en la vida real. Algunos piensan que entrenar en las escuelas para las Olimpiadas de Matemáticas es un truco diseñado para ocupar y preocupar más aún a los estudiantes. Pensando así, se desvían de la esencia de las matemáticas y reprimen el genuino interés que pueda surgir en los niños por el universo de los números y las cifras.

Tal criterio se ha extendido a lo largo y ancho del país debido a ciertos "líderes de opinión", afectando la toma de decisiones de las autoridades educativas e incitando a minimizar la importancia de la Olimpiada de Matemáticas. Como resultado, se ha reducido -en gran medida- el número de estudiantes sobresalientes en matemáticas y otras asignaturas de ciencias. Los problemas de matemáticas, en todo tipo de exámenes, son cada vez menos difíciles. Por otra parte, menos los estudiantes que sobresalen en matemáticas, los otros -convencidos por sus padres- prefieren estudiar carreras como finanzas,economía y gestión empresarial.

Los criterios del chino actual sobre las matemáticas es el resultado de una incorrecta comprensión del sujeto y el sistema educativo. Muchas de las personas que afirman que las matemáticas es algo inútil no se dan cuenta que sus teléfonos móviles, computadoras e Internet pueden funcionan debido a las matemáticas. Sin este valioso saber, las tecnologías que hoy utilizamos no habrían sido inventadas.

Muchos chinos consideran que la aptitud deportiva o el talento musical deben tener un prestigioso lugar en las universidades. En contraste, los puntos de bonificación que se otorgan para el examen de ingreso universitario (gaokao) a los estudiantes que se destaquen en matemáticas o en otras asignaturas de ciencias, les parece bien que hayan sido cancelados. El entrenamiento para la Olimpiada de Matemáticas, según sus detractores, sólo aumenta la carga de los estudiantes y hasta fulmina su interés por la asignatura.

De hecho, arte y deporte pueden aumentar la fuerza grupal de los adolescentes. Por ejemplo, si un alumno dentro de toda una clase es bueno en fútbol, animará a todos sus compañeros a seguir practicando este deporte. La misma lógica no se aplica a las matemáticas. Es necesario que todos los estudiantes desarrollen el pensamiento matemático, porque les ayudará a comprender mejor el funcionamiento del mundo. Y aquellos que tienen el potencial para explorar más a fondo el mundo de las matemáticas, podrían asistir a clases adicionales.

Es natural que algunos estudiantes abandonen la formación matemática cuando se intensifica el nivel y aumenta la competencia. La decantación es normal en un sistema diseñado para llegar al final con los mejores candidatos. Esto ayuda a que los talentos en matemáticas sean apreciados por su excelencia y les estimula a esforzarse más pora lograr avances palpables en la ciencia y contribuir más a la sociedad.

El verdadero problema pedagógico en torno a las matemática es el daño colateral que el sistema educativo hace con su prioridad orientada al examen, que excluye la innovación y al pensamiento complejo. El sistema educativo actual ha reducido las matemáticas a la ecuación, el cálculo y los patrones de respuestas.

El día que los padres chinos animen a sus hijos a estudiar matemáticas y otras asignaturas de ciencias con el mismo fervor que lo empujan a estudiar artes o practicar deportes, China dará un gran paso hacia adelante para consolidar la «primavera de la ciencia».

El autor es vicepresidente de la Escuela Vocacional de Arte e Ingeniería de Chongqing.