Miembros de cinco familias de refugiados sirios reclamaron hoy en la ciudad de Montevideo (capital) apoyo para retornar a Líbano en Medio Oriente, país de donde llegaron a territorio uruguayo en octubre de 2014, informó la prensa local.
El diario "El Observador" indicó que la movilización se llevó a cabo en la céntrica Plaza Independencia frente a la sede del gobierno en la capital uruguaya, donde los sirios se quejaron de altos costos en Uruguay, sueldos bajos y no poder conseguir visas para viajar.
Un total de 42 personas procedentes de Siria integrantes de cinco familias arribaron al país sudamericano en octubre pasado, y originalmente estaba previsto que otras siete llegaran este año para totalizar 116 refugiados árabes.
La llegada de los sirios fue a iniciativa del gobierno del ex presidente uruguayo José Mujica (2010-2015).
De acuerdo con la fuente, el prosecretario de la Presidencia, Juan Andrés Roballo, recibió a integrantes de una delegación de refugiados, a quienes les informó que Naciones Unidas (ONU) decidirá en dos días si deben quedarse o pueden volver a su país.
Uno de los jefes de familia, Ibarhim Almohammad, dijo a la edición digital del diario "El País" que su salario no le alcanza para mantener a su esposa y tres hijos, por lo que quiere volver a Siria y tener un mejor futuro.
En tanto, el jefe de familia de nombre Mahed aclaró que no tiene problemas con los ciudadanos uruguayos ni con el país sudamericano, aunque acusó a las autoridades de engañarlos "con palabras muy lindas".
Apenas un mes y medio después de instalarse en Uruguay le pidieron al gobierno regresar a Líbano, solicitud que les fue negada.
Los sirios, entre ellos varios niños, anunciaron que acamparán en la plaza hasta que sus demandas sean solucionadas.
Por otra parte, la Secretaría (ministerio) de Derechos Humanos de la Presidencia indicó que son "comprensibles" los reclamos de las familias de refugiados sirios.
Puntualizó, no obstante, que Uruguay "no puede incidir en el otorgamiento de visas de terceros países".
Recordó, además, que los refugiados "viven una situación humanitaria extrema y dolorosa de ruptura forzada de sus vidas", por lo que es "normal que en este contexto surjan la inquietud, el malestar y la angustia".