El encierro de toros en el pueblo de Medina del Campo en el centro de España es un evento tan "bravo", que hasta el escritor Ernest Hemingway lo hubiera referido en su novela "The Sun Also Rises" (traducida como "Fiesta") en caso de haberlo visitado.
El llamado "encierro de toros" es paradójicamente cuando se suelta a una pequeña manada de toros por las calles.
Se trata de una actividad celebrada en honor de algún santo, como en el caso de San Fermín en la ciudad norteña de Pamplona o como una celebración de pueblos que involucra a la tauromaquia.
El encierro de Medina del Campo declarado "fiesta de interés turístico nacional", cuenta con una historia de casi 600 años desde 1418 y es tan antiguo como el de Pamplona, aunque su forma de celebrarlo es muy diferente.
La gente, montada a caballo con un palo en la mano, obliga a los toros a ir desde el establo en el campo hasta la plaza en el centro de la ciudad.
Los rocines van sin ninguna restricción en el extenso y llano campo, por el cual dejan polvo en el horizonte, lo que parece una batalla de la antigüedad.
Los encierros, pensados generalmente como una actividad para hombres, incluyen la participación de las mujeres que realizan una larga persecución a caballo de los toros y recorren una distancia de casi cinco kilómetros desde el establo a la plaza de toros.
Uno de los participantes desde muy joven en los encierros de nombre José Luis, comentó que durante el recorrido sin vallas los animales pueden desviarse a las casas u otras partes como terrazas de cafeterías y destruir lo que encuentren.
Un caso ocurrió la víspera con el desvío de tres toros de los seis que se soltaron, uno de los cuales ingresó corriendo desde la puerta de atrás de la plaza, mientras que los otros dos tuvieron que ser llevados en camiones después de huir.
El encierro de Medina del Campo es diferente a los de otros lugares de España, entre otras cosas por la hora en que se celebra, ya que no sólo se lleva a cabo en la mañana sino también en la noche, lo que le da un tono misterioso y mágico.
El libro "Medina del Campo" narra que tres o cuatro días a la semana se llevan a cabo corridas de toros en el lugar.
Por ejemplo, muy de mañana se realiza el llamado "toro del alba", un "novillo bravo en puntas" que se documenta en los programas oficiales de las ferias desde 1844.
La antigua tradición de correr un toro al despuntar el día se ha heredado hasta nuestros días.
En el pasado se corría el "novillo de las once" al mediodía y por la tarde a las 4 otros siete atados, pero hoy en día se añade un encierro a las 23:00 horas.
Respecto a la polémica que rodea las corridas de toros, Diego Velázquez, un joven ingeniero de 29 años, dijo que le gusta el contacto con el bravo animal y que tiene pasión por esta actividad.
"Hay que respetar todas las opiniones y también hay que ver el lado positivo de ésto", sostuvo.
Comentó que la gente que está en contra de las corridas de toros y la fiesta brava, "tal vez nunca ha vivido como nosotros esta pasión" del arte de torear y el intercambio con el toro.