Por Omar Mendoza
SANTIAGO, 17 sep (Xinhua) -- El 25 de agosto pasado, Sergio Barrientos, director del Centro Sismológico de la Universidad de Chile, advirtió que la región de Coquimbo, en el norte del país, estaba "a la espera" de un temblor de importancia, como ocurrió este 16 de septiembre.
Ese terremoto, de 8,4 grados en la escala de Richter, se produjo este miércoles, tuvo su epicentro en la región de Coquimbo y causó la muerte de 10 personas y serios daños materiales, y es uno de los de mayores registrados en los últimos 25 años en el mundo.
Además, sacudió a Chile de norte a sur y tuvo una profundidad de 15,7 kms. en la costa entre las ciudades de Valparaíso y La Serena.
De acuerdo con Barrientos, el movimiento de las placas tectónicas de Nasca y Sudamericana provocó una ruptura de unos 200 kilómetros, lo que hace presumir que habrá muchas más réplicas en los próximos días, como ya ha venido ocurriendo.
En una entrevista en agosto con medios locales, Barrientos había indicado también que "se van a cumplir cien años del terremoto de 1922, que fue de 8,5 grados, y entonces es probable también que ahora ocurra un terremoto grande" .
Chile corre el riesgo de sufrir continuos terremotos y tsunamis porque se ubica al límite de la placa tectónica de Nazca, la cual choca contra la placa Sudamericana. Ambas son grandes bloques de superficie terrestre que intentan avanzar la una sobre la otra entre 7 y 8 centímetros por año.
Estas interacciones producen una gran deformación del subsuelo de la región de América del Sur y generan terremotos en todo el territorio chileno, a causa de la alta convergencia entre ambas placas.
Por ello, la sismicidad en esa zona es muy intensa, provocando los frecuentes terremotos en todo el país.
Según los sismólogos, la fricción entre ambas placas en las profundidades de la corteza terrestre genera una poderosa presión, la cual, cuando se libera, provoca un terremoto. Esta fricción constante entre ambos bloques hace que la región sea una de las más sísmicas del mundo.
A pesar de haber advertido sobre el reciente terremoto, Barrientos insiste en que los sismos no se pueden predecir, argumentando que "en la comunidad científica seria, profesional, predecir terremotos es un problema que no ha sido resuelto".
Además, aún no se ha establecido una metodología aceptada en el mundo para advertir a los sismos, precisando que "tal como no se puede predecir la existencia de terremotos, tampoco se puede descartar. Como no puedo predecir, no puedo aventurar el descarte de un terremoto".
Sólo una vez en la historia reciente los sismólogos lograron anticipar con éxito un mecanismo para evacuar a la población ante un terremoto y fue en China. La elevación del agua de los pozos y el extraño comportamiento de los animales fueron algunas de las señales de alerta.
A pesar de que los científicos son reacios a aceptar que se puedan predecir los terremotos, un equipo de expertos de China logró anticipar un sismo, posibilitando salvar miles de vidas.
Así ocurrió el 4 de febrero de 1975, cuando un destructivo terremoto de 7,3 Richter azotó a la localidad de Haicheng, en el noreste de China, ocasionando serios daños a esa ciudad.
Las autoridades habían emitido una inédita alerta advirtiendo de la catástrofe, por lo que la población fue evacuada y la mayoría de los habitantes pudo librarse de una tragedia.
Barrientos reconoció ese hecho y dio sus razones de la sorprendente predicción y por qué nunca más se pudo repetir la hazaña.
Relató que, a principios de los años'70 estaba en boga la "teoría de la dilatancia", que muestra que cuando se comprime una roca ésta cambia sus propiedades físicas, originando una serie de señales que son consideradas precursoras de los terremotos.
Esas señales observaron en Haicheng antes del sismo gracias al monitoreo que realizaron expertos liderados por Cao Xianqing, jefe de la Oficina Sismológica de Yingkou.
Entre los fenómenos detectados previamente estaban los cambios en la conductividad eléctrica de la tierra y en la velocidad de propagación de las ondas P y S (primarias o compresionales, y secundarias o transversales), así como alteraciones en el nivel de gas radón, que es tóxico y se cuela por las grietas de las viviendas.
También en Haicheng se observó un aumento en el nivel del agua de los pozos, "porque cuando se comprime una roca, el agua que está contenida al interior de la roca, que actúa como una esponja, aflora", según Barrientos.
Al mismo tiempo, llamó la atención de los científicos los cambios en el comportamiento de los animales y el experto indicó que "era febrero en el hemisferio norte, hacía mucho frío, y algunos animales que hibernan, como cierto tipo de culebras, salieron a la superficie y murieron congeladas".
Pero lo determinante para la evacuación de la población fue la serie de temblores pequeños, considerados "precursores" de terremotos.
A las 8:15 de la mañana, según consta en un artículo de 2006 de la Seismological Society of America, se realizó una reunión de emergencia en la que el científico Cao Xianqing advirtió a las autoridades que un gran terremoto podía ocurrir ese mismo día.
Entonces, el gobierno local evacuó al mediodía a la población, tanto de las zonas urbanas como las rurales, y Cao advirtió que había disminuido la actividad telúrica, lo que para él significaba que se comenzaba a acumular la energía final antes del terremoto.
Según la versión, Cao comentó que mientras más tarde ocurriera el terremoto su magnitud iba a ser mayor. Si se producía a las 19:00 iba a ser de 7 Richter, y si era a las 20:00 iba a ser de 8 Richter. Finalmente ocurrió a las 19:36 y fue de magnitud 7,3 Richter.
Allí unas 2 mil personas murieron a causa del sismo, pero si no se hubiera hecho la evacuación, la cifra habría superado las 100 mil víctimas.
Para Barrientos, "Haicheng fue el emblema de que la predicción de terremotos era posible y que era cuestión de observar ciertos fenómenos para tener la respuesta".
Y concluyó: En ese momento "todos creían que el problema de la predicción estaba resuelto, pero otros terremotos no se pudieron predecir, y si bien sirvió para predecir uno en particular, estos fenómenos no siempre se presentan antes de un temblor".