BEIRUT, 6 oct (Xinhua) -- La refugiada siria Salima el-Azzi, desplazada de la localidad de Idlib, pasó la mayor parte de su tiempo en los últimos días comprando ropa para sus tres hijos en un mercado popular de la región de Bekaa, en el este de Líbano, con un presupuesto muy ajustado.
"Pienso en la forma de satisfacer las necesidades de mis hijos en vísperas de su año escolar", dijo El-Azzi a Xinhua y explicó que trabaja como empleada doméstica por una paga mensual de 200 dólares "aunque la renta mensual del cuarto en el que vivimos es de 130 dólares".
"Tenemos grandes necesidades y la escuela es muy importante para mis hijos, pero el sustento sigue siendo una prioridad en estos momentos y no podemos comprometernos, por consiguiente tenemos que gastar con prudencia", dijo.
En el mismo mercado, Alia Abou Dehaini, desplazada originaria de Aleppo, intentó encontrar un suéter y un par de pantalones para su hijo pequeño para que así pueda enfrentar el frío invernal en la escuela.
"Con los requisitos escolares los gastos aumentan y tenemos dificultades para cumplirlos por la dura situación actual por la que estamos pasando", explicó la mujer a Xinhua.
Suzanne al-Horaiki, desplazada originaria de Damasco, explica que los gastos mínimos que los refugiados sirios asumen antes de entrar a la escuela son de entre 50 y 100 dólares.
Al-Horaiki señaló a Xinhua que "la familia siria promedio tiene cuatro hijos, lo que significa que el costo total para enviarlos a la escuela es mucho mayor que su capacidad, lo que resulta en que muchos opten por no enviar a sus hijos a la escuela".
Mohammad al-Ali, desplazado procedente de Idlib, enfatizó que "combustible para calefacción, pan y leche diarios para mis hijos son mis principales prioridades".
Al-Ali dijo a Xinhua que tiene cuatro hijos, pero "no puedo cubrir las necesidades escolares (de mis hijos) como transporte, libros y uniformes, sin mencionar ropa y zapatos, por lo que decidí no enviar a los cuatro a la escuela".
El hombre añadió que "registré al más pequeño en la escuela y los otros tres me ayudan a cubrir nuestras necesidades diarias desde que la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) interrumpió su ayuda".
Amer al-Husseine, otro desplazado, dijo a Xinhua que el Ministerio de Educación de Líbano abrió de forma gratuita las puertas de sus escuelas a los refugiados sirios y añadió que "incluso les brindó libros gratuitos y materiales escolares".
Al-Husseine agregó que "esto significa que la mayoría de los gastos del año escolar están cubiertos, pero la pobreza y la indigencia ponen a prueba nuestra capacidad para cubrir el resto de nuestras necesidades".
De acuerdo con el Ministerio de Educación de Líbano, hay alrededor de 400.000 refugiados sirios en edad escolar y las escuelas públicas pueden recibir a la mitad de ellos, mientras que las escuelas islámicas de beneficencia pueden recibir a 15.000 estudiantes.
En septiembre pasado, el ministerio puso en marcha la campaña "Regreso a clases" para los niños refugiados sirios financiada con 94 millones de dólares por donadores internacionales, Acnur y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés).