RIO DE JANEIRO, 7 dic (Xinhua) -- El Foro de Cooperación China-Africa, cuya cumbre con motivo del 15º aniversario de su fundación se celebró los días 4 y 5 de diciembre en Johannesburgo, Sudáfrica, es un ejemplo para el resto del mundo, en el que "actualmente hay tantos lugares sumidos en discordias y conflictos que acaban perjudicando a todos".
Así lo valoró, en declaraciones a Xinhua, Ronnie Lins, director ejecutivo del Centro China-Brasil: Investigación y Negocios (CCB), al comentar los resultados del evento, que reunió al presidente chino, Xi Jinping, y a un significativo número de líderes africanos.
Durante el encuentro, ambas partes llegaron a un consenso unánime para actualizar, con el respaldo de una hoja de ruta, sus lazos, a fin de seguir potenciando la cooperación mutuamente beneficiosa y el desarrollo común, y acordaron elevarlos al nivel de asociación estratégica de cooperación integral.
En este sentido, el experto brasileño afirmó que el foro demostró que, a través del diálogo y de asociaciones sinceras beneficiosas para todos, "podemos construir un mundo mejor". Calificó de evento histórico el de este año, por la reunión de un gran número de jefes de Estado africanos con Xi.
Recordó que "se celebraron debates de alto nivel y se definieron varios acuerdos y acciones concretas que serán fundamentales para desarrollar más la región".
"China participa en el foro desde hace mucho tiempo y ha invertido más de 60.000 millones de dólares en iniciativas para el desarrollo económico y también de ayuda humanitaria. Un ejemplo son los programas para luchar contra el terrible virus del ébola", precisó.
Dijo que, entre los frutos importantes que se lograron en el evento, le impresionó la definición del "Plan Estratégico de Cooperación 5-10 años", con una significativa aportación financiera de China para el desarrollo de varios sectores como comercio, parques industriales, infraestructuras, maquinaria, transporte y energía.
También destacó la ayuda de China para acelerar el desarrollo del sector agropecuario, con máquinas, tecnología o logística. "De esta forma, los países africanos podrán aprovechar mejor su enorme potencial natural para obtener un desarrollo más rápido de este sector", apuntó.
Además saludó las discusiones de instituciones del tipo "comité de expertos", donde participaron profesores, científicos y otros eruditos de China y el continente afriano. "Su objetivo fue identificar problemas y soluciones personalizadas en áreas industriales, de la salud o la educación y para mejorar las condiciones sociales de la población", afirmó.
"China y los países africanos mostraron que, con paz, diálogo y organización, es posible sumar fuerzas para que todos salgan beneficiados. Se trata de un ejemplo para el resto del mundo, en el que actualmente hay tantos lugares sumidos en discordias y conflictos que acaban perjudicando a todos", anotó.
Asimismo, Lins manifestó que "mi sueño es ver que un día el 'Sueño Chino' sucede y que, con él, se puede crear 'un nuevo sueño africano', en el que ambos puedan caminar juntos ayudándose pero siempre respetando las respectivas características y aspiraciones".
"Y que finalmente podamos ver una menor desigualdad social, autosuficiencia alimentaria y las condiciones de educación y salud dignas que todos los pueblos del mundo merecen", concluyó.
En anteriores entrevistas con Xinhua, expertos brasileños coincidieron en que Brasil y China son dos potencias económicas emergentes que han estrechado sus relaciones con Africa en el marco de la cooperación Sur-Sur, y que tienen intereses complementarios en el continente africano.
Ambos países son socios de Sudáfrica dentro del marco de los BRICS, grupo que incluye además a Rusia y la India, y en el último lustro han incrementado enormemente su presencia comercial e inversora en Africa.
"Brasil es un exportador de materias primas y China vende productos manufacturados y, además, está interesada en ampliar el número de sus proveedores de alimentos. Sus intereses en Africa, lejos de estar en conflicto, pueden ser complementarios", comentó Samuel Dantas, profesor de Economía y Finanzas de la Fundación Getulio Vargas (FGV) de Brasil.
Las empresas brasileñas suelen encontrar dificultades para establecerse en Africa, tales como la falta de financiación, crédito y garantías apropiados, lo que limita las inversiones, según informes del Departamento de Promoción Comercial del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil.
China posee un gran excedente de financiación y podría colaborar en este sentido con las empresas brasileñas, según fuentes diplomáticas consultadas por Xinhua.
Otra posible fuente de financiación que goza de buenas perspectivas de crecimiento en Africa parte del Nuevo Banco de Desarrollo creado por los BRICS en la cumbre de Durban de noviembre de 2013.
Al margen de este punto, China y Brasil pueden beneficiarse de sus experiencias en sectores como la agricultura y las energías renovables, en opinión de los analistas.
Brasil, de hecho, está tratando de exportar a Africa avances tecnológicos impulsados por su reputada Empresa Brasileña de Pesquisa Agropecuaria (Embrapa) para impulsar el desarrollo de la producción de alimentos y también para extender la producción de biocombustibles a base de caña de azúcar y de soja.
"Brasil es un gran productor de biocombustibles y, sólo si se diversifican los países productores de estos, se crearán las bases para tener un mercado internacional", según Dantas.
Brasil le propuso oficialmente a China un acuerdo para colaborar en el desarrollo de biocombustibles en Africa, en el marco de convenios similares que tiene con Estados Unidos en el Caribe.
La soja precisamente es un producto en el que China tiene un gran interés y es un gran importador, principalmente de Brasil, lo que puede ampliar el interés en este cultivo en los países africanos, ya que no dependerían tan sólo de las fluctuaciones del mercado de biocombustibles.
En el ámbito diplomático, Brasil y China han manifestado desde 2007 su interés en cooperar de forma "triangular" con los países africanos, afirma el diplomático Gustavo Rocha de Menezes.
Un ejemplo de colaboración conjunta es la extensión del programa CBERS para distribuir gratuitamente a los países africanos información obtenida con imágenes de satélite que se usa para el monitoreo de desastres naturales, la deforestación y la planificación agrícola, entre otras cosas.