El problema más importante que tienen los solteros

Actualizado a las 01/02/2016 - 16:52

Palabras clave：problema,solteros

Beijing,01/02/2016(El Pueblo en Línea)- Las personas en edad de casarse que regresan al terruño para la reunión de año nuevo, tienden a experimentar los espasmos del "gran tema del matrimonio", que les apunta por estos días y les pretende adjudicar la vergüenza que significa en China permanecer soltero.

El Año Nuevo Lunar es la “fiesta de fiestas” en el calendario chino. Un grato momento para la reunificación familiar como eje central de la celebración, algo semejante a la Acción de Gracias y la Navidad.

Pero las cosas alrededor de la “fiesta de fiestas” han cambiado, pues los viajes dentro de China se han hecho más fáciles debido a la red de trenes de alta velocidad en rápida expansión. También las Gala de Nochevieja van interesando menos a las nuevas generaciones. Y además, se escuchan quejas constantes sobre la vieja costumbre de “sufrir” una semana de grandilocuentes preguntas y sabios consejos por parte de los mayores hacia los jóvenes en edad de matrimonio.

Y entonces comienza la infatigable letanía: ¿No es hora de que consideres establecerte con alguien? Mira, conozco a alguien que conoce a alguien en tu ciudad que puede arreglar tu compromiso... ¿Por qué eres tan exigente? Una vez que adquieras una cierta edad, tu valor se desplomará ante los ojos de buenos candidatos... ¡Sé realista! Tendrás que encontrar a alguien, incluso si no cumple todos tus requisitos.”

Mientras que los consejos llegan acompañados de buenas intenciones, algunos exasperados padres deciden emitirle un ultimátum a su descendencia: Si no logras traer a casa un prometido (a), te negaré de por vida.

Por lo general, los abuelos son más tolerantes, aunque sus “temores” le calientan la cabeza a cualquiera: Ya me estoy haciendo viejo y no quiero morir sin conocer a mi bisnieto.

Es legendario el impulso de los padres chinos por dictar la vida de sus hijos.

Aunque la mayoría de los padres disuaden a sus hijos de que tengan relaciones sexuales, anhelan que en la etapa universitaria encuentren el compañero ideal para que después de la graduación, pasado uno o dos años, se casen. Ese es el esquema mental de la mayoría. Por eso, a muchos les resulta inquietante si los hijos regresan cada año sin llevar ningún partido de la mano, y más aún si el tiempo pasa y se acercan los 30 años.

Y no solamente los padres piensan así. También la masa, por así decirlo, se une al coro de la preocupación por el futuro matrimonial del sujeto. Y esa “masa” aparece singularizada en el compañero de secundaria que te visita con un niño a cuestas; en los vecinos que saludan diciendo: "¿Este año otra vez regresaste solo (a) a casa?". O alguien, con ansias de sinceridad, que simplemente deja escapar: "Ya no eres tan joven. Debes tener en cuenta matrimoniarte cuanto antes."

Nosotros los chinos hablamos del “gran tema del matrimonio", acercando esta noción al concepto de "sacra institución”. Recomiendo la cita de la famosa actriz Mae West: "El matrimonio es una gran institución, pero no estoy lista para ser miembro todavía."

La palabra "problema" entra en dicha noción cuando el matrimonio se ajusta al estilo tradicional chino. Podría llegar a ser algo como: "El matrimonio es un gran problema para el cual aún no estoy listo y aunque reconozco que es el “gran tema” de la vida, prefiero seguir centrándome en trivialidades."

Los internautas chinos han destilado su sabiduría colectiva en cómicas preguntas donde utilizan la milenaria estrategia china de la desconexión y el tanteo.

Antes de que tu familiar abra la boca, debes disparar una andanada de preguntas: "Tía, ¿cómo está usted? ¿Su hija comenzó a salir con alguien? ¿Ha comprado un apartamento para su hijo? ¿Qué coche tienen ahora? ¿Les alcanza el dinero? ¿Cómo le afectó la caída del mercado de valores del año pasado? ¿Le subieron la pensión? ¿Ha ganado algunas libras de peso? Qué bueno verla. Nos encontraremos pronto. Adiós, tía."

Esta estretegia también se le podría llamar: "Hazle primero a ellos lo que ellos pretenden hacerte a ti". Y así le inyectas la amarga resultante del querer entrometerse en tus asuntos personales. Estoy seguro de que esas preguntas le matarán el interés que tienen en hurgar en tu vida privada. Sus balbuciantes respuestas les pondrán en ridículo o se evadirán, por temor a la humillación pública. Esta estrategia puede funcionar con personas que no mantienen lazos estrechos.

También existe un truco con el que se puede callar a padres y abuelos. La estrategia es que te preocupes por ellos de la manera en que se preocupan por ti. Es decir, evidenciar que el modo en que muestran su cuidado te hace sentir incómodo, como lógica consecuencia de la brecha generacional.

También para aplacarlos se le puede ofrecerle una especie de placebo. "Estoy saliendo con alguien, pero no pudo venir porque tenía que ir a visitar a sus padres". Luego, ya llegará la ocasión de presentar fotos como pruebas de lo expresado. Pero esto es una manera momentánea de salir del apuro. En el futuro, hay que demostrar que esa persona es real. No se podrá, año tras año, ofrecerle fácil placebo a la familia.

La estrategia de prometerle a los demás lo que quieren sin que sepan que jamás lo tendrán, puede convertirte en un buen actor, pero si el hábito se vuelve crónico, sin saberlo, te convertirás en un clásico estafador.

Sin embargo, la mejor actitud es ser reflexivo y considerar la situación de los padres, ya que cuanto más pequeño sea el pueblo donde residan, más será la presión social que enfrenten y por consiguiente, esa presión la trasladarán al hijo soltero. Por lo tanto, una solución inteligente es que el hijo se lleve a sus padres a vivir con él a la gran ciudad donde trabaja. Así “los viejos” podrán testimoniar con sus propios ojos que el hijo está satisfecho con su modo actual de vida, y , de paso, se evitan las molestas indiscreciones de amigos y vecinos cercanos. También se les puede ayudar a entender un poco sobre la manera en que piensa y vive la generación joven. En una palabra, creo que es más sano mostrarles tu círculo y estilo de vida en lugar de meterlos en la jungla de los enredos humanos. Pero eso implicaría la elección poco filial de evitar el viaje a la ciudad natal.

El acto más patético de los padres “casamenteros” es andar por los pasillos de cualquier lugar buscando y entrevistándose con candidatos para sus hijos e hijas. Incluso, algunos padres chinos alquilan a personas mayores para que anden por la ciudad anunciando a sus hijos. Se atribuyen este derecho, amparados en el autoengaño de que sus hijos están demasiado ocupados con el trabajo y no encuentran tiempo para buscar pareja, algo que fácilmente sus hijos podrían encontrar por docenas en las redes sociales y en los sitios de internet especializados. Si hay un segmento social que necesita este tipo de ayuda, no es precisamente el grupo de trabajadores de cuello blanco, que a pesar de sus posibilidades diarias de relacionarse con sus semejantes y desarrollar su inteligencia emocional, prefieren vivir aislados construyendo su férreo capullo dentro de su inefable realidad virtual.