Publican una novela sobre las amantes del emperador Carlos V |
Fuente:agencias
Austria,07/03/2016(El Pueblo en Línea)-«Por amor al emperador»Habla de las mujeres que quisieron a Carlos V. Las que le amaron con pasión, las que le fueron leales hasta sus últimos días y también aquéllas que marcaron fugazmente su vida. La escritora Almudena de Arteaga (1967) da voz a diecisiete de ellas en su nueva novela histórica.
De Carlos V se han gastado litros y litros de tinta en contar cada aspecto de su vida, pero rara vez se les ha permitido tomar la palabra a ellas, incluida a la denostada Juana. ¿Por qué actuó así con sus hijos? Almudena de Arteaga dedica uno de los capítulos del libro a la ausente madre de Carlos. Pese a que llevaba años sin verla, cuando el joven viajó a España a reclamar el trono de Castilla y Aragón se limitó a visitarla de forma esporádica en su reclusión de Tordesillas. La «tortuosa» relación entre madre e hijo estuvo marcada –en opinión de Almudena de Arteaga– por el miedo a gobernar mostrado por Juana, y no tanto por su salud mental. «Se habla tradicionalmente de ella como La Loca, pero hay que hablar del miedo pavoroso que tenía a asumir responsabilidades en la Corona de Castilla. Ese comportamiento no lo entendió Carlos», señala. De forma consciente o inconsciente, Carlos nunca perdonó esa manera de actuar, sobre todo él, que estaba acostumbrado a mujeres rocosas como su tía Margarita o sus hermanas.
Isabel de Portugal
Pese a su delicado aspecto físico, su esposa, Isabel, también era de una enorme fortaleza. Blanca, delgada, frágil y sensual, la portuguesa fue la responsable última de hispanizar a Carlos y quien ejerció como regente durante los prolongados viajes de su marido.
Al menos, cuatro amantes
Las infidelidades estaban a la orden del día entre aquellos monarcas itinerantes. Y a decir verdad, las amantes de Carlos fueron numerosas, aunque se sucedieron o bien antes de estar casado o bien después.
Antes de su matrimonio la autora enumera al menos cuatro amantes, entre ellas Germana de Foix, viuda de Fernando El Católico. El viejo Rey pidió a su nieto que cuidara de su esposa, «pues no le queda, después de Dios, otro remedio sino sólo vos...».
Pero si hay que hablar de hijos ilegítimos es imprescindible citar al que el emperador engendró con Bárbara Blomberg, Don Juan de Austria, el héroe de la batalla de Lepanto. La hermosa alemana fue su última pasión.
A lo largo de su vida, el emperador estuvo rodeado de más mujeres que hombres en su entorno familiar y las empleó para ocupar cargos que se suponían propios de varones en esos tiempos.
El día que Carlos V decidió retirarse, con solo 55 años, dos de sus hermanas, Leonor y María, siguieron sus pasos y le acompañaron a la Península Ibérica. Los tres hermanos morirían en el transcurso de un mismo año, 1558.