MEXICO, 8 abr (Xinhua) -- La antropóloga mexicana Andrea Paula González afirmó hoy que las agresiones generalizadas y la precariedad laboral provocan que cada vez más niños centroamericanos dejen su hogar y busquen mejores oportunidades en Estados Unidos.
Al participar en el foro "Infancias y Juventudes en Riesgo: Migrantes, Refugiados y Expulsados", organizado por el Centro de Investigaciones Sobre América del Norte (CISAN), González dijo que la violencia en las zonas de expulsión es un fenómeno de crecimiento exponencial.
La experta en temas migratorios ejemplificó que en Honduras se registran 82,1 crímenes por cada 100.000 habitantes, 66 en El Salvador y 21,6 en Guatemala, y se calcula que más del 50 por ciento de los asesinados son contra menores de 25 años.
La antropóloga señaló que los tres países forman el llamado Triángulo Norte de Centroamérica, considerada la zona sin guerra con el mayor índice de homicidios en el mundo.
Para la académica de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el aumento en la vulnerabilidad en este grupo hace que los afectados prefieran ser indocumentados que el blanco recurrente de la violencia sistemática en sus pueblos.
La experta Shiduet Mariana Castro, del Instituto de Investigaciones Jagüey del Cuerpo, lo Corporal y lo Espiritual, relató que el número de niños salvadoreños, hondureños y guatemaltecos que viajan ilegalmente a Estados Unidos para escapar de la pobreza "aumenta anualmente".
Castro explicó que debido a la hostilidad que viven en su lugar de origen, los menores encaran una encrucijada: quedarse acorralados y morir al negarse a formar parte de grupos delincuenciales, como los Maras, unirse a quienes los amenazan o huir.
"Preservar su existencia implica una decisión difícil: la de dejarlo todo y emprender un viaje de miles de kilómetros, incluso sin saber qué hay en el otro país, pero conscientes de que donde viven no es más para ellos", enfatizó.
Castro reconoció que ante esta situación, es necesario replantear no sólo lo que entendemos por niñez, sino por tenacidad, astucia, perseverancia, perspicacia, integridad y amor por la vida.
"Ellos seguirán este tránsito a través de las fronteras mientras prevalezca este sistema político y económico rapaz. Con ello construyen oportunidades de supervivencia y sus códigos genéticos y sociales cambian", afirmó la experta.