Mientras la recuperación mundial continúa luchando por afianzarse, el crecimiento en América Latina y el Caribe se ha revisado nuevamente a la baja y se prevé que en 2016 se contraiga por segundo año consecutivo, dijo hoy el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La región se enfrenta a una contracción de su economía de menos 2 por ciento, lastrada por condiciones externas que no hacen más que agravar la caída del continente emergente, expuso Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI) en rueda de prensa.
Al presentar el informe del FMI en las oficinas del Banco central de México, titulado "Perspectivas económicas: Las Américas", el funcionario internacional dijo que se proyecta que el crecimiento regional se contraiga un 0,5 por ciento en 2016, lo cual supone dos años consecutivos de crecimiento negativo, por primera vez desde la crisis de la deuda de 1982-83.
Esta cifra, sin embargo, oculta el hecho de que la mayoría de los países siguen creciendo, de manera moderada pero segura, mientras que un pequeño número de economías -que representan aproximadamente la mitad de la economía de la región- se enfrentan a una recesión, principalmente debido a factores internos, detalló.
De acuerdo con el informe, la desaceleración de la actividad refleja una demanda externa débil, un nuevo descenso de los precios de las materias primas, condiciones financieras volátiles y, en el caso de algunos países, importantes rigideces y desequilibrios internos.
Al mismo tiempo, señala que muchos países han experimentado fuertes depreciaciones del tipo de cambio, principalmente debido al deterioro de los términos de intercambio y la demanda externa.
Para 2017, el FMI prevé que el crecimiento regional repunte al 1,5 por ciento.
Al referirse al caso particular de Brasil, muestra que este país "sigue sumido en una profunda recesión", además de que la actividad económica se ha contraído un 3,8 por ciento -la misma tasa que en 2015- debido a problemas económicos y políticos.
En Chile, prevé que el crecimiento se desacelere al 1,5 por ciento en 2016, debido al deterioro de la confianza y al bajo nivel de inversión en el sector de la minería, mientras que en el caso de Argentina y Venezuela, sostiene que ambas naciones se enfrentan a una contracción del producto de alrededor del 1 por ciento y el 8 por ciento en 2016, respectivamente.
Sin embargo, resalta que las perspectivas de crecimiento a mediano plazo de Argentina han mejorado considerablemente gracias a la transición actualmente en curso para eliminar las distorsiones y desequilibrios internos y corregir los precios relativos.
De igual forma, reconoce que en Perú, la economía se ha fortalecido y se prevé que el crecimiento siga en aumento en 2016, al 3¾ por ciento, impulsado principalmente por la inversión en el sector minero.
Por otra parte, y en un contexto de continua recuperación en Estados Unidos, las perspectivas de crecimiento para México y América Central se mantienen relativamente sólidas. Se prevé que México siga creciendo a un ritmo moderado del 2,4 por ciento en 2016.
"Los países de América Central se han beneficiado de los bajos precios del petróleo y la continua recuperación en Estados Unidos. Se proyecta que el crecimiento del producto regional sea del 4¼ por ciento en 2016", apuntó.
En lo referente a el Caribe, las perspectivas de crecimiento siguen siendo favorables para los países que dependen del turismo. En cambio, las perspectivas de crecimiento se están deteriorando para las economías dependientes de las materias primas.
De acuerdo al amplio informe, las perspectivas de crecimiento a lo largo de los próximos cinco años "probablemente seguirán siendo débiles, en particular para aquellos países que enfrentan precios de materias primas más bajos y un nivel limitado de inversión".
Según el FMI, en toda la región, las políticas y reformas económicas deben orientarse a administrar esta transición.
Al referirse a la flexibilidad del tipo de cambio, considera que sigue siendo esencial para ayudar a las economías a ajustarse a los precios persistentemente más bajos de las materias primas.
Por otra parte, señala que ante la desaceleración del crecimiento y los cambios en las condiciones del mercado financiero, el nivel de vulnerabilidad de las empresas en América Latina ha aumentado.
Según el informe, también se prevé que, en el futuro previsible, el crecimiento en América Latina y el Caribe se mantenga por debajo de las tendencias históricas.
Se mencionan varias razones, tales como redes de infraestructura inadecuadas, deficiencias en la calidad de la educación, diversidad relativamente escasa de las exportaciones, así como menores precios de las materias primas. Las políticas estructurales orientadas a resolver algunos de estos cuellos de botella podrían ayudar a impulsar el producto potencial.
En la última edición de Perspectivas económicas: Las Américas se presentan tres capítulos analíticos en los que se examinan más a fondo estos importantes desafíos regionales: la vulnerabilidad de las empresas en América Latina; el traspaso del tipo de cambio a los precios en la región, y la inversión en infraestructura en América Latina y el Caribe.