Aunque las gélidas relaciones entre Rusia y Japón están mostrando síntomas de mejora después de la visita que realizó el viernes el primer ministro nipón, Shinzo Abe, con el objetivo de limar asperezas, las disputas territoriales continúan proyectando dudas sobre esta reaproximación.
INTERCAMBIOS TIBIOS
Abe y el presidente ruso, Vladimir Putin, se reunieron en la ciudad de Sochi, a orillas del mar Negro, y prometieron impulsar el diálogo "en todas las direcciones: política, económica, comercial, inversora y humanitaria", así como mantener contactos estrechos y de alto nivel en los diversos eventos multilaterales.
Sin embargo, las persistentes disputas entre las dos partes sobre cuatro islas del Pacífico, conocidas como los Territorios del Norte en Japón y las Kuriles del Sur en Rusia, han experimentado pocas señales de mejora después de las conversaciones. El Kremlin sólo afirmó que "el asunto fue discutido de una forma muy constructiva", sin ofrecer más detalles.
Además, la imposición de sanciones de Tokio contra Moscú, en la senda de las tomadas por Estados Unidos y la Unión Europea para castigar a Rusia por su papel en la crisis ucraniana, ha complicado más la relación bilateral, lo que derivó en la suspensión de un viaje de Putin a Japón y en que se estancasen los intercambios de alto nivel entre ambos.
Gracias a una serie de esfuerzos diplomáticos para impulsar el reacercamiento, el ministro japonés de Asuntos Exteriores, Fumio Kishida, visitó finalmente Rusia en septiembre de 2015, un viaje programado originalmente a comienzos de 2014. Las dos partes acordaron retomar las consultas a nivel viceministerial para la conclusión de un tratado de paz.
Sin embargo, Abe no especificó en la visita si su nación levantará las sanciones contra Rusia, cuya economía está sufriendo como resultado de esas medidas y de la caída del precio de los combustibles.
PROLONGADAS DISPUTAS TERRITORIALES
Pese a los esfuerzos realizados por iniciativa japonesa, los tibios intercambios entre ambas naciones han mostrado que sus prolongadas disputas territoriales siguen siendo el principal obstáculo y el punto conflictivo de las relaciones bilaterales.
Rusia reclama la soberanía sobre las referidas cuatro islas, que tienen un gran significado tanto económico como militar. Moscú siempre exhorta a Tokio a discutir sobre el tema en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, mientras que Japón insiste en la ocupación ilegal por parte de Rusia de las mismas.
Conforme a la Declaración Conjunta Soviético-Japonesa de 1956, Rusia acordó la devolución de dos de las cuatro islas en disputa una vez firmado un tratado de paz bilateral. Sin embargo, Japón rechazó firmar un documento de estas características e insiste en la devolución de las cuatro.
Dos días antes de la visita de Abe a Sochi, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo a los periodistas que la parte rusa no esperaba ningún progreso "inmediato y serio" respecto al "extremadamente sensible" tema territorial durante la reunión Putin-Abe.
El asesor presidencial ruso Yuri Ushakove también aseveró que "se necesitará más tiempo para encontrar una solución definitiva a la disputa territorial".
INTROMISION DE WASHINGTON
Fuentes oficiales de Rusia coinciden con estudiosos en advertir de que un posible reacercamiento Moscú-Tokio se ha visto afectado por los esfuerzos de intromisión de Estados Unidos, el aliado militar de Japón.
En una entrevista conjunta con medios de China, Japón y Mongolia en abril, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo francamente que Tokio no despliega una política exterior "totalmente independiente", y que Washington "no aprueba el contacto a nivel máximo entre Rusia y Japón".
Por su parte, Yuri Tavrovsky, profesor de la Universidad de la Amistad del Pueblo de Rusia, señaló: "Cualquier intento de Japón por establecer un diálogo al menos normal con Moscú se ha encontrado con una resistencia oculta y, algunas veces, abierta de EEUU".