Presidenta chilena cambia ministros tras escándalo en padrón electoral

Actualizado a las 20/10/2016 - 15:11

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La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, anunció hoy el cambio de tres ministros de su gabinete, entre ellos la ministra de Justicia y Derechos Humanos, Javiera Blanco, cuestionada por la falla en el padrón electoral a unos días de los comicios municipales.

La jefa de Estado removió a Blanco y puso en su lugar a Jaime Campos, del Partido Radical, un cambio solicitado por la oposición y el oficialismo luego de que se conoció una falla en el sistema de inscripción electoral de unos 400.000 electores, de cara a las elecciones del próximo domingo para escoger alcaldes y concejales.

"Yo soy un convencido en que un régimen presidencial todos los ciudadanos estamos obligados moralmente a acceder a los requerimientos que nos hace el presidente de la República y en este caso, aún cuando se trata de algo que no he buscado ni he pedido", dijo Campos al aceptar el cargo.

Al cambio de Blanco se agregó el remplazo del titular de Bienes Nacionales, Víctor Osorio, por Nivia Palma, y de Energía, Máximo Pacheco, por Andrés Rebolledo.

Este último cambio fue a solicitud del candidato presidencial Ricardo Lagos, quien pidió la inclusión de Pacheco, uno de los ministros con mejor evaluación en la opinión pública, en su campaña política, con miras a las elecciones presidenciales de 2017.

"Quisiera dar mis agradecimientos personales por la generosidad de la presidenta de la República, con quien conversamos este tema y donde ella entendió que en esta etapa valía la pena compartir a Máximo Pacheco en estas tareas. Y el hecho que haya aceptado la renuncia se lo quiero agradecer porque es una muestra de generosidad con Chile más que conmigo", dijo el ex presidente Lagos.

Con todo la oposición reprobó los cambios, los cuales consideró insuficientes.

"Se ha perdido la oportunidad de unir al país (...) la mandataria sigue desconectada con la realidad", dijo el senador Hernán Larraín, presidente de la derechista Unión Demócrata Independiente.

El gobierno de Bachelet atraviesa un momento complejo, con una popularidad mermada en mínimos históricos tras un caso de corrupción que afecta a su entorno familiar, la poca popularidad de sus reformas y la creciente desafección de la coalición de centroizquierda, cruzada por agudas tensiones internas.