La Iniciativa china de la Franja y la Ruta está contribuyendo cada vez más al desarrollo y el crecimiento de las decenas de países participantes, a la vez que está ampliando los intereses comunes entre los mismos.
La iniciativa, cimentada a la vez en la historia y en la tendencia contemporánea a la globalización y la colaboración regional, supone una parte principal de los esfuerzos de China por aportar bienes públicos y cumplir con las responsabilidades internacionales que se corresponden con su fuerza nacional.
La iniciativa, la Franja Económica de la Ruta de la Seda y la Ruta de la Seda Marítima del Siglo XXI, ha demostrado encajar bien con las estrategias de desarrollo de los países situados a lo largo de las rutas, a pesar de sus diferentes culturas y etapas de desarrollo.
El progreso y los resultados en la implementación han superado las expectativas con más de 100 países e instituciones internacionales o regionales involucrados hasta la fecha. Solo en 2015, el fluido de inversión desde empresas chinas a países relacionados alcanzó aproximadamente 19.000 millones de dólares estadounidenses, un aumento del 38,6 por ciento con respecto al año previo.
Entre los resultados iniciales de la iniciativa está la construcción del ferrocarril indonesio de alta velocidad para conectar la capital, Yakarta, con Bandung, la tercera mayor ciudad.
El proyecto chino-indonesio de construir el primer ferrocarril de alta velocidad en el Sudeste Asiático, el cual tiene una longitud de 150 kilómetros con una velocidad máxima prevista de 350 kilómetros por hora, se completará en tres años.
El tren de alta velocidad en Indonesia está previsto que establezca un ejemplo para la cooperación de beneficio mutuo entre este país y China bajo la iniciativa china, además de estimular el crecimiento económico en las zonas alrededor del proyecto.
Laos, el único miembro de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático sin salida al mar, es otro país que se espera que se beneficie de un proyecto ferroviario en el marco de la iniciativa.
Este contribuirá al desarrollo de un parque industrial en el que participarán empresas chinas. Se estima que el parque, que está en construcción, genere unos resultados de 6.000 millones de dólares estadounidenses al año, además de crear 30.000 puestos de trabajo locales.
En el espacio, el satélite de comunicaciones LaoSat-1, desarrollado por China para Laos, está ofreciendo servicios de comunicación y de televisión por satélite al país y a toda la península de Indochina.
Las tecnologías agrícolas también están entre las "exportaciones" que, bajo la Iniciativa de la Franja y la Ruta, China realiza a Kirguizistán, país de Asia Central que era una parada importante en la antigua Ruta de la Seda.
La tecnología china para el cultivo del algodón ha ayudado a los agricultores locales a incrementar sus ingresos anuales hasta 40.000 dólares, frente a los 200 dólares mensuales en los que se sitúa la actual media nacional de ingresos. La producción de algodón se sitúan en cinco toneladas por hectárea.
Este hecho fue calificado de "leyenda" en comparación con el anterior récord del país, situado en algo más de tres toneladas, por el impactado exministro de Agricultura kirguís, Talaibek Aidaraliyev.
Esta cooperación con China, que incluye también proyectos conjuntos en la red de transporte y el sistema de distribución de electricidad, está aportando riqueza a pueblo kirguís, al tiempo que incrementa la confianza entre la gente de los países vecinos a la hora de buscar el desarrollo y la prosperidad comunes bajo la Iniciativa de la Franja y la Ruta.