El principal barómetro de la inflación de China, el Índice de Precios al Consumo (IPC), creció en octubre al ritmo más rápido en seis meses por el aumento de los precios de los alimentos, al tiempo que los precios industriales superaron las previsiones del mercado y alcanzaron su nivel más alto en 55 meses, hechos que avivan los temores sobre un aumento de la inflación.
Los datos del IPC de octubre ponen fin a cinco meses de caída consecutiva desde que en abril, con un 2,3 por ciento de incremento, el índice alcanzó su mayor nivel desde julio de 2014, según informó hoy miércoles el Buró Nacional de Estadísticas (BNE).
El Índice de Precios al Productor (IPP) creció un 1,2 por ciento interanual, el ritmo más alto desde diciembre de 2011, tras 54 meses de crecimiento negativo que terminó con un alza del 0,1 por ciento en septiembre.
Además de por la baja base comparativa del año pasado, el aumento de los precios de los alimentos espoleó en octubre un más rápido aumento de la inflación. Los precios de los alimentos crecieron un 3,7 por ciento, por encima del 3,2 por ciento del mes previo.
Un ejemplo paradigmático es el de los precios del ajo, que han subido con fuerza. El precio de la venta al por mayor y al detalle del ajo se disparó un 90 por ciento y un 67,9 por ciento interanual en octubre, respectivamente, mientras que el aumento de un mes para el siguiente fue, en una y otra categoría, del seis y el cinco por ciento.
Por otra parte, el elevado ritmo de aumento del IPP está muy vinculado a la subida de los precios en industrias básicas como la minería y el lavado de carbón, según un comunicado del BNE.
Los precios en el sector de la minería del carbón y su lavado crecieron un 15,4 por ciento interanual, el mayor ritmo desde julio de 2012, mientras que la metalurgia y el laminado de metales ferrosos aumentó un 13,1 por ciento más que en 2015.
El Índice de Precios del Carbón de la Cuenca de Bohai, un indicador de los precios del carbón en los principales puertos del norte de China, aumentó en 607 yuanes por tonelada la semana pasada, la 18ª subida consecutiva y un 60 por ciento más que a principios de año.
Los aumentos del IPC y el IPP han hecho crecer la preocupación sobre un posible aumento de la inflación a corto plazo.
El precio de la carne de cerdo, una de los principales motores de los precios de consumo, podría repuntar en el futuro tras las caídas que acumula desde junio, mientras que otros factores como los crecientes precios del carbón y el acero aún podrían llevar a alzas continuadas del IPP, según el economista jefe de JZ securities, Deng Haiqing.
El analista del Instituto de Investigación Financiera Suning Shi Dalong cree, sin embargo, que aún es pronto para predecir que habrá inflación.
Shi destacó que la escasez de vegetales y otros productos agrícolas podría deberse a los desastres naturales o a la especulación de los inversores, mientras que la reducción del exceso de capacidad de China contribuyó a las alzas de los precios del carbón.
En el corto plazo podría haber cierta presión inflacionista, pero teniendo en cuenta el descenso de la demanda inmobiliaria y de las ventas de vehículos por los cambios normativos, el nivel general de precios se moverá en un rango satisfactorio, añadió Shi.
Varios gobiernos locales de China implantaron el mes pasado medidas para contener la compraventa especulativa de inmuebles, lo que podría relajar la demanda de acero y carbón, mientras que los estímulos fiscales a los vehículos enfocados a desplazamientos cortos expiran a final de año, lo que tendrá un efecto a la baja sobre la demanda.
En su último informe de medidas normativas, el banco central de China señaló que espera que la inflación permanezca estable en el largo plazo, si bien sufrirá una presión alcista debido al aumento de los precios inmobiliarios de los últimos meses.
China mantendrá un política monetaria prudente, con un grado adecuado de flexibilidad y ajustes preventivos cuando así se necesiten, prometió el banco central.