SANTIAGO, 14 dic (Xinhua) -- "Los diversos riesgos e incertidumbres que se observarán en el mundo en 2017 tendrán variados efectos en el desempeño económico de América Latina y el Caribe", según la Comisión Económica para la región (CEPAL).
En su Balance Preliminar de las Economías de esta región, presentado este miércoles en su sede en Santiago, afirma que "se mantiene el escenario de bajo crecimiento de la economía mundial, que lleva más de una década, con un promedio del 2,5 por ciento entre los años 2013 y 2016 y un promedio esperado del 2,8 por ciento para el período 2017-2018".
Sostiene que ese bajo crecimiento ha estado acompañado de una desaceleración de la productividad, que hoy crece en torno al 1 por ciento, y de caídas de la tasa de crecimiento de la inversión y el comercio mundial.
"Los efectos positivos de las mayores perspectivas de crecimiento del comercio mundial para 2017, que se estima alcanzará una tasa entre el 1,8 por ciento y el 3,1 por ciento, pueden verse opacados por las crecientes tendencias proteccionistas que se observan desde que en el Reino Unido se votó a favor de la salida del país de la Unión Europea (el llamado "Brexit").
Según el organismo de las Naciones Unidas, "en el ámbito de los mercados financieros, se espera una normalización de las tasas de interés, proceso que puede llevar a aumentos de la incertidumbre y la volatilidad financiera, dada la dinámica de los precios de los activos financieros".
Asegura que, si bien continúa previéndose un ciclo de alzas graduales, "esto podría afectar los flujos financieros recibidos por los mercados emergentes, entre ellos los de América Latina y el Caribe".
Además, indica que siguen existiendo inquietudes respecto de la inestabilidad financiera en las economías en que el crédito", en particular las emisiones internacionales de bonos, ha crecido con fuerza y que se verían negativamente afectadas por un aumento de los niveles de tasas de interés en dólares.
A esto se suman las inquietudes vinculadas a la situación de algunas instituciones financieras de países desarrollados, principalmente en la zona del euro.
El informe sostiene que "a las complejas dinámicas financieras y de crecimiento se han agregado en los últimos tiempos incertidumbres que pueden tener importantes efectos sobre la trayectoria económica de los próximos años".
Al respecto, subraya que "las recientes tendencias proteccionistas han generado nuevas incertidumbres y riesgos en torno al futuro de la economía mundial".
Estas tendencias reflejan la creciente tensión y las dificultades para conciliar y coordinar los objetivos y políticas nacionales con los arreglos institucionales que rigen los movimientos internacionales de bienes y servicios, financieros y de capital, tecnológicos y migratorios en este mundo globalizado.
En este contexto, explica que "el comercio mundial está sujeto a tensiones tras el cuestionamiento de tratados de libre comercio como el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), aunque no es el único ámbito en esta situación".
Agrega que la dinámica productiva mundial, a través de las llamadas cadenas globales de valor, también se verán afectadas, al igual que la movilidad tecnológica. A su vez, el multilateralismo también puede debilitarse por una mayor tendencia a celebrar acuerdos bilaterales en materia comercial y de inversiones.
"Al igual que en años anteriores, la evolución de la economía mundial tendrá efectos diferenciados en los distintos países y subregiones de América Latina y el Caribe, y contribuirá a acentuar las diferencias subregionales en función de la orientación productiva y comercial de las economías", destaca.
Plantea que "si bien las tendencias proteccionistas surgidas en EEUU tendrán efectos mundiales y regionales, la posible renegociación del Tratado de Libre Comercio del América del Norte (TLCAN) y otros acuerdos comerciales, sumada a las incertidumbres sobre la dinámica de las transferencias monetarias de los migrantes, repercutirán significativamente, en particular en México y los países de Centroamérica".
Esas naciones exportan la mayor parte de sus manufacturas y servicios a Estados Unidos.
En lo que respecta a las economías del sur de A. Latina, indica que la mejora proyectada de los términos de intercambio hace prever un mejor desempeño económico, si bien persisten incertidumbres respecto del futuro económico de Europa y las economías asiáticas.
"Para 2017, se espera una mejora de los términos de intercambio en el promedio de América Latina y el Caribe, que estará acompañada por un aumento de la demanda extrarregional que enfrenta la región y una recuperación del comercio intrarregional, debido al mejor desempeño de las economías del sur, en particular de la Argentina y el Brasil".
El informe recuerda que "en 2016, la demanda interna de los países de la región mantuvo una significativa desaceleración, principalmente originada en la fuerte caída de la inversión y del consumo público y privado, situación que se espera se revierta en 2017.
Según la CEPAL, a fin de retomar la senda de crecimiento en la región, "se requiere revertir la dinámica de la inversión, lo que demanda una importante movilización de recursos financieros".
Indica que las crecientes dificultades que enfrenta el financiamiento de la política fiscal contracíclica en los países de la región, que son de renta media, dificulta el acceso al financiamiento externo concesionado o de la cooperación internacional.
Plantea que "para recuperar el espacio fiscal, es esencial reducir la evasión y la elusión tributarias, que alcanzan magnitudes muy significativas en la región".
La CEPAL estima que "el incumplimiento tributario asciende a un monto equivalente a 2,4 puntos porcentuales del PIB en el caso del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y 4,3 puntos porcentuales del PIB en el caso del impuesto sobre la renta, lo que sumó un total de 340.000 millones de dólares en 2015 (un 6,7 por ciento del PIB regional).
Asimismo, señala que "la realización de ajustes públicos que castiguen la inversión pública puede profundizar el entorno recesivo, ya que este tipo de inversión, al igual que la inversión privada, desempeña un papel central en el crecimiento de corto y largo plazo".
Seguidamente, plantea que "las estimaciones de los multiplicadores fiscales indican que éstos son altos y significativos en la región y que el multiplicador de inversión pública es superior a dos al cabo de dos años".
De acuerdo con la CEPAL "en un contexto externo complejo y sujeto a diversos riesgos, se espera que en 2017, a diferencia de lo ocurrido en 2016, año en que la región mostró una contracción del 1,1 por ciento, la economía regional presente un cambio de ciclo, con un crecimiento positivo del 1,3 por ciento".
Añade que "al igual que en 2016, el crecimiento promedio ponderado esconde dinámicas de crecimiento diferenciadas entre países y subregiones".
Se estima que, en 2017, Centroamérica, incluidos el Caribe de habla hispana y Haití, crecerá en torno al 3,7 por ciento, si se incluye a México, con un crecimiento previsto del 1,9 por ciento, el promedio llegaría al 2,3 por ciento.
"Para América del Sur se espera en 2017 un crecimiento positivo del 0,9 por ciento y para el Caribe de habla inglesa uno del 1,3 por ciento", concluye.