Mark Rutte, primer ministro de Holanda, enfrentó una intensa oposición a su visión pragmática en una mesa redonda sobre el futuro de Europa realizada hoy en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza.
"No necesitamos más Europa, sino una Europa que funcione mejor", dijo el primer ministro holandés en el panel de discusión "¿Qué Europa ahora?", e hizo eco del argumento formulado por el ex primer ministro británico David Cameron y por otros políticos europeos conservadores.
Rutte fue enfrentado por un emotivo Martin Schulz, socialista alemán que esta semana dimitió como presidente del Parlamento Europeo.
"Sólo si nos fortalecemos combinando nuestras competencias y capacidades económicas podremos defender nuestra sociedad basada en valores humanos en el siglo XXI", dijo Schulz, quien expresó su desacuerdo con la posibilidad de que la idea de "una unión aún más estrecha" haya muerto.
"¿Podría decirme alguien cómo es que un país, en la competencia mundial que vivimos, quizá con una tendencia al proteccionismo en algunas partes del mundo, podría sobrevivir sin la Unión Europea?", dijo el ex presidente del Parlamento Europeo.
Frans Timmermans, primer vicepresidente de la Comisión Europea, lamentó lo que consideró la "enorme falta de confianza entre los países y dentro de las naciones", la cual atribuyó, entre otros factores, a la incapacidad de los gobiernos nacionales para asumir la responsabilidad por lo ocurrido en Bruselas.
El ex parlamentario y comisario fue reforzado por Ana Patricia Botín, presidenta ejecutiva del grupo bancario español Santander, quien exhortó a los participantes a seguir adelante con una integración europea más fuerte.
"Acabemos lo que empezamos", pidió Botín, quien añadió que ahora más que nunca se necesita una unión bancaria europea, especialmente tras la crisis bancaria en Europa.
Todos los miembros del panel coincidieron con el primer ministro Rutte en que Europa necesita reformas y soluciones prácticas para sus problemas y una extraña unidad surgió entre representantes de las instituciones europeas y del sector privado.
Timmermans calificó de ideológica la crisis central que enfrenta actualmente Europa: entre los que desean separarse y protegerse de los problemas externos a costa de ciertas libertades, y los que desean la apertura, la diversificación y una mayor cooperación para resolver los problemas juntos.