GUANGZHOU, 25 ene (Xinhua) -- Era la primera vez que Ding Xingwu tomaba parte en el 'chunyun', la mayor concentración de desplazamientos del año con motivo del Festival de la Primavera. En lugar de aburrirse por el viaje como la mayor parte de los trabajadores migrantes, él se sentía orgulloso.
"Nunca había trabajado fuera de mi lugar de origen", explicó Ding, de 41 años de edad y procedente de una remota aldea del distrito de Huayuan, en la provincia central china de Hunan, a bordo de un tren con destino a su lugar de origen y procedente de la provincia de Guangdong.
Ding es uno de los 71 aldeanos pobres con más de 40 años de edad de Huayuan que fue contratado para trabajar en Guangdong el año pasado, dentro de un proyecto de empleo respaldado por el gobierno. Muchos de los trabajadores migrantes de mediana edad son rechazados en las fábricas, puesto que se considera que son ineficientes y tienen peor salud que los trabajadores más jóvenes.
Antes de que este hombre, que tiene tres hijos, comenzase a trabajar en una fábrica de cerámica de Guangdong en junio del año pasado, su familia tenía apenas para cubrir su alimentación.
Hace un par de años, trabajaba en una mina, pero perdió su trabajo cuando el gobierno local decidió recortar el exceso de actividad minera y la que daba empleo a Ding cerró.
El trabajo en la fábrica le llegó después de que se pusiese en marcha un programa piloto para trasladar a aldeanos pobres de Hunan y Hubei para trabajar en Guangdong. La medida, que comenzó en abril de 2016, es una respuesta a la llamada del gobierno central a la "precisión en el alivio de la pobreza".
Más de 100 empresas del delta del río Perla realizaron ferias para buscar trabajadores procedentes del rural en Huayuan. El gobierno local ofreció formación gratuita a quienes buscaban empleo de acuerdo con las demandas de los empleadores.
La planta de cerámica firmó un contrato de tres años con Ding, al que le paga más de 3.000 yuanes (437 dólares) al mes.
"Me quedo con unos cientos de yuanes al mes y le doy el resto a mi mujer", indicó Ding.
A Huang Jihui, de 45 años y también procedente de Huayuan, lo contrató la misma planta de cerámica que a Ding. Manifestó que era demasiado pobre para encontrar una mujer con la que casarse.
"La gente joven de mi aldea me dijo que las fábricas en las áreas costeras no quieren a trabajadores de más de 35", relató. "No tenemos una buena educación. No tenemos habilidades. Sin la ayuda del gobierno, ¿qué podemos hacer?", reflexionó.
Long Mingjiang, un funcionario de Huayuan a cargo del programa de trabajo, indicó que los campesinos de mediana edad que quieren trabajar en regiones desarrolladas no son algo raro en este distrito, pero sus sueños raramente se hacían realidad debido a su edad.
Ding y Huang fueron más afortunados que otros que se apresuraron a comprar un billete de tren durante esta época de desplazamientos masivos por el Festival de la Primavera, el Año Nuevo Lunar chino. A ellos les dieron billetes gratis para trenes especiales para llevar de vuelta a casa a los trabajadores pobres migrantes desplazados a Guangdong.
"Al volver a la aldea por fin puedo decir a mis vecinos: Ahora gano dinero", destacó Ding.