MEXICO, 28 ene (Xinhua) -- Cientos de migrantes mexicanos en Estados Unidos se reencontraron el sábado con sus familias por unos minutos en la frontera entre Ciudad Juárez, estado mexicano de Chihuahua, y El Paso, Texas (EEUU), después de años de no poder verlos por ser indocumentados.
El emotivo encuentro se realizó justo a mitad del lecho del Río Bravo, que a esa altura está prácticamente seco, como parte de la campaña "Abrazos, no muros" de la organización civil Red Fronteriza por los Derechos Humanos.
Los organizadores indicaron que la iniciativa binacional reunió a cerca de 2.000 miembros de 370 familias de migrantes que en algunos casos tenían hasta 27 años de no encontrarse, dado que la carencia de papeles migratorios en regla les impediría regresar a Estados Unidos si llegan a viajar a México.
Tal era el caso de un matrimonio que vive en El Paso desde la década de los noventa del siglo pasado y era el primero en la fila para llegar a la mitad del lecho de concreto a enfundarse en un largo abrazo con sus parientes de Ciudad Juárez.
Caso por caso, los migrantes y sus familiares bajaban desde su respectivo costado del río para unirse, besarse y tomarse fotografías con los teléfonos celulares, ante la mirada de cientos de personas que aplaudían y cantaban.
"Me siento feliz, emocionado", soltó un joven migrante a la cámara de la organización civil antes de encontrarse con su hermano, al que tenía cinco años de no ver.
El director de la Red, Fernando García, dijo a la prensa que el acto promueve la unidad y el amor pero también representa una protesta contra las regulaciones migratorias de Estados Unidos, a las cuales acusó de separar a padres de sus hijos, esposos o hermanos.
"No podemos vivir con un sistema migratorio que tanto daño cuesta en nuestras familias. Se habla de muros, se habla de cercas, pero no se habla del impacto real que tienen los niños, los padres", expresó el dirigente de la organización basada en El Paso.
García explicó que el acto, el tercero que la organización lleva a cabo en la frontera, tuvo la autorización de distintas agencias estadounidenses, como la Patrulla Fronteriza.
Los migrantes llegaron de ciudades estadounidenses de Texas, California, Nuevo México, Arizona, Oklahoma, Nueva Jersey, Misuri y Georgia, mientras que sus familias viajaron a la frontera desde lejanos estados del sur, centro y este de México, como Oaxaca, Puebla y Veracruz.
El acto se enmarcó en el inicio de la presidencia del republicano Donald Trump en Estados Unidos, quien ha sido un duro crítico de la migración mexicana y esta semana ordenó la construcción del muro en la frontera común que prometió en su campaña.
"No nos van a dividir. Tenemos que seguir luchando aquí y allá", manifestó Carlos Spector, un abogado de El Paso con 30 años de trayectoria atendiendo casos de migrantes y refugiados.