Creyentes y curiosos se vuelcan este jueves, como cada 2 de febrero, a algunas playas de Uruguay para celebrar el día de la Reina del Mar, "Iemanjá" o "Yemanjá".
En esta festividad, los "paes" (sacerdotes) y "maes" (sacerdotisas) elevan plegarias y peticiones de amor, trabajo y salud a la deidad de imagen similar a la católica Virgen María.
"Es un día de milagros, de agradecer y también de pedir", dijo a una radiodifusora local la "mae" Susana Andrade, quien también se desempeña como diputada suplente del partido oficialista Frente Amplio (FA).
Los rituales comienzan con los primeros rayos del sol y se multiplican al atardecer, seguidos con atención por cientos de personas que observan desde la orilla la salida de botes con ofrendas.
Este culto afroamericano de la umbanda, en un país de mayoría cristiana, atrae desde fines del siglo pasado la atención popular y de los medios de comunicación.
Originaria en Brasil, el umbandismo es una creencia sincrética que conjuga elementos del catolicismo, los "orixás" africanos y las religiones indígenas de América.
LA CELEBRACION
"La necesidad del agua es vital y lo comprenden creyentes y no creyentes, por eso creo que tanta gente los 2 de febrero se acerca al agua, se siente motivada", declaró Adrade a la cadena estatal Radio Uruguay.
Según la religiosa, se trata de una fiesta popular con valores que "tienen que ver con la integración en la diversidad".
"Es un culto del ser humano en torno a lo que el ser humano entiende que es imprescindible para la vida, como lo es el agua", explicó.
Organizaciones umbandistas y Matriz Afro de Uruguay firmaron un convenio con la intendencia de Montevideo para asegurar la protección ambiental de las playas luego de la celebración.
En ese sentido, el gobierno local propone la utilización de barcas realizadas con materiales reciclables, no dejar envases de bebidas ni perfumes en la costa, ni utilizar papel, plásticos, vidrio o nailon.
También llama a todos los "interesados en la protección del espacio costero" a acompañar al personal municipal en las tareas de limpieza de las playas.
"Se trabajará antes y después de la fiesta en coordinación con los servicios de limpieza de la Intendencia", comentó el director de Desarrollo Ambiental de la comuna, Oscar Curutchet.
El objetivo es "generar conciencia en la población de la ciudad" y en los turistas "con la participación de la sociedad organizada, del gobierno departamental y de voluntarios particulares interesados en colaborar para preservar un espacio público de Montevideo, de uso democrático y ambientalmente amigable con su entorno".
ORIGENES
La umbanda llegó al país desde Brasil y quedó relegada a los barrios periféricos de Montevideo, pero en las últimas décadas del siglo pasado empezó a tomar visibilidad y se ganó respeto en la sociedad.
De esa manera, los ritos abiertos se popularizaron en las playas y comenzaron a ser frecuentados por personas de todas las clases sociales.
Muchos creen que la connotación negativa que arrastraba surge de los orígenes humildes de la religión, creada por los negros esclavos provenientes de Africa hace 500 años.
Los esclavos preservaron sus dioses camuflados en los iconos católicos, porque los "amos", formados en la civilización europea, consideraban su religiosidad como inferior.
A la divinidad del mar, que se viste de azul y blanco, se le ofrendan flores blancas, velas celestes, miel, merengues y sandía, su fruta preferida.
Esta festividad es declarada de interés nacional por los ministerios de Educación y Cultura, de Desarrollo Social y de Turismo, y por la intendencia de Montevideo.
Antropólogos califican la celebración de "Iemanjá" de una de las fiestas populares más grandes, con una afluencia cifrada en miles de personas.