BERLIN, 18 mar (Xinhua) -- En medio de una aparente petición de apretón de manos ignorada y de la broma poco apreciada de Trump sobre las "escuchas", la canciller alemana Angela Merkel tuvo su primera reunión cara a cara con el nuevo presidente de Estados Unidos en Washington el viernes.
A pesar de que la líder alemana trató de evitar las diferencias de Berlín con su antiguo aliado transatlántico, los fuertes contrastes en defensa, comercio y en el tema de los refugiados hacen que sea realmente difícil restablecer un dúo alemán-estadounidense.
Trump reiteró su acusación de que los aliados europeos de Washington no habían pagado "su parte justa" a la alianza, en una conferencia de prensa conjunta durante la visita de Merkel.
Merkel, afirmando que Alemania "va a trabajar una y otra vez en esto", también dijo antes de su visita que el destino de los europeos debe mantenerse en sus propias manos.
El libre comercio es otro asunto espinoso en el que las dos partes comparten poco terreno común. Trump se aferró a la afirmación de que el libre comercio ha llevado a su país a acumular déficit, mientras que Merkel, como jefa de la mayor economía de Europa, espera reabrir las conversaciones sobre un acuerdo de libre comercio entre la UE y Estados Unidos.
Tras la toma de posesión de Trump, las negociaciones sobre la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión, que Merkel y el expresidente de Estados Unidos Barack Obama apoyaron fuertemente, fueron rápidamente congeladas.
Trump también amenazó con cobrar un arancel del 35 por ciento sobre los automóviles fabricados fuera de Estados Unidos de las marcas alemanas Volkswagen y BMW.
Sobre el tema de valores como los derechos humanos, Trump y Merkel también tienen distintos enfoques. Trump, que prometió poner la seguridad de los ciudadanos en primer lugar, ordenó polémicas prohibiciones de viaje contra refugiados e inmigrantes musulmanes, en contra de la actitud de acogida de Merkel hacia los refugiados, que Trump ha afirmado en alguna ocasión que ha "arruinado" Alemania.
Durante décadas, Berlín ha sido el socio europeo más cercano de Washington, con Merkel compartiendo un fuerte vínculo con Obama. La canciller también describió sus lazos bilaterales como el "fundamento" de la diplomacia alemana.
Pero ahora el dúo se ha desentonado y los dos países parecen enfrentarse a brechas cada vez más infranqueables desde la llegada del nuevo líder estadounidense y mostraron poca compenetración en su primera reunión.
"Hablar el uno con el otro en vez de hablar el uno del otro", es el lema de Merkel.