RIO DE JANEIRO, 19 mar (Xinhua) -- El Gobierno brasileño garantizó hoy que no hay "riesgos sanitarios" en las carnes producidas en el país y vendidas tanto en territorio nacional como en el extranjero, tras el descubrimiento de una red que adulteraba los alimentos, y que ha causado un gran daño en la imagen de Brasil, uno de los mayores exportadores de carne del mundo.
En una rueda de prensa, el ministro de Agricultura, Blairo Maagi, se mostró "preocupado" con el impacto de las investigaciones de la Policía Federal en el mercado de la carne brasileña.
"Tengo preocupación, sí. Brasil es un gran exportador. Tenemos el 7 por ciento del mercado mundial de alimentos. Una actuación fuerte de países impidiendo el suministro de estas mercancía en sus países podría suponer una crisis muy grande", explicó Maggi.
El ministro también dijo que considera normal la reacción de varios países de pedir explicaciones a Brasil por el caso.
El secretario del Departamento de Defensa Agropecuaria del Ministerio de Agricultura, Luiz Eduardo Pacifici Rangel, aseguró que "todas las evaluaciones hechas desde que surgieron las denuncias comprueban que no existe riesgo sanitario".
El descubrimiento de la red que adulteraba la carne brasileña, utilizando incluso productos químicos para tapar el olor de la carne podrida, ha generado muchas críticas dentro del país y la preocupación de varios países a los que Brasil exporta su carne.
No obstante, Rangel comentó que se trata de "casos puntuales" en los que se adulteró la carne y que fueron detectados por las autoridades sanitarias, y agregó que se han intensificado y endurecido los controles.
Según la Policía Federal, fiscales del Ministerio de Agricultura, Pecuaria y Abastecimiento (Mapa) recibían propina para liberar licencias sin realizar la fiscalización adecuada en los frigoríficos.
Las primeras investigaciones apuntan a que se usaban productos químicos para quitar el olor de la carne caducada, y que se inyectaba agua para aumentar el peso de las carnes, que eran vendidas tanto en Brasil como en el exterior.
Al menos 22 empresas están siendo investigadas, entre ellas las multinacionales JBS y BRF, dueñas de marcas como Seara, Perdigao y Friboi.
Por el momento, las empresas aseguraron que están colaborando con las investigaciones y negaron cualquier adulteración en los productos.
Según la policía, parte del dinero logrado con la venta de carne adulterada iba a los cofres del gobernante Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el del presidente Michel Temer, y el Partido Progresista (PP).
La operación contó con 309 mandatos, entre órdenes de prisión, búsqueda y aprehensión y conducción coercitiva.
El caso se conoció tras la denuncia de un fiscal federal agropecuario, que tras descubrir el caso, fue apartado en 2014 por la Superintendencia Federal de Agricultura del estado de Paraná (sur del país).
El ministrio de Agricultura apartó de sus puestos a 33 fiscales, mientras que fueron detenidos de forma preventiva una veintena de directivos de empresas y fiscales del área de vigilancia sanitaria.