Por Juan Limachi
LIMA, 1 abr (Xinhua) -- Miles de peruanos que viven en las riberas en las zonas costeras del país resultaron afectados por las inundaciones de sus viviendas, tras el desbordamiento de los canales de protección.
El joven estudiante de 15 años, Christian Sedano, del barrio Campo Sol de Carapongo, en el distrito limeño de Lurigancho Chosica, contó a Xinhua que antes de la inundación se registraron lluvias torrenciales y circularon muchos rumores sobre esta catástrofe.
"La verdad, todo el día estaban informando de falsas alarmas de que el muro del río se había roto, al momento del 'huayco' (deslaves) nadie estaba (preparado) y nos agarró de imprevisto. Las pocas cosas que logramos agarrar fueron una mochila y dos frazadas", comentó el joven, uno de los 141.000 damnificados por este desastre.
Las casas fueron arrasadas por los deslaves que arrastraron los enseres de los habitantes en las poblaciones costeras de Huarmey, Lima, Trujillo, Piura y Tumbes.
"Perdimos varias de nuestras cosas, electrodomésticos, congeladoras, refrigeradoras, muebles de melanina, que por la humedad se abrieron y quedaron inservibles", detalló el joven estudiante.
Christian recordó, con pesar, la angustia y desesperación que experimentaron los pobladores de su barrio donde, pese a la furia del "huayco", la gente logró salir de sus humildes casas para guarecerse en las partes altas.
"Hubo afectados y también damnificados. En el mismo 'huayco' hubieron personas que se quedaron personas atrapadas en sus casas", explicó.
En otra población vecina llamada San Antonio, al este de la capital peruana, uno de las muchos barrios populares que se formaron a las orillas del río en las últimas dos décadas, quedaron atrapadas personas en los techos durante varias horas, hasta que bajó el nivel de las aguas y lograron ser rescatadas.
José Marco Sedano, de 66 años de edad, quien vivía con su numerosa familia en una de las casas destruidas, lamentó su situación como damnificado.
"He perdido todo mi hogar, mis cosas", expresó en medio de un paisaje desolador, lleno de escombros, donde sus cosas sobresalen entre el barro y la tierra seca.
La señora Hilda Rojas, del sector conocido como Los Carrizales, conformado por varias viviendas que se encontraban a unos 900 metros a la orilla del río, mira con desesperación los restos que quedan de su casa de madera prefabricada.
Esta madre de familia lamentó las pérdidas materiales que sufrió como consecuencia del "huayco", aunque dijo sentirse aliviada porque ella, sus hijos y sus hermanos no sufrieron daños personales.
"He perdido todos mis muebles, computadora, los útiles de mis hijos, sus uniformes, todos nuevos", subrayó.
Pese a esta situación, tiene la esperanza de reconstruir nuevamente su existencia, porque cuenta con sus hijos a salvo y una familia unida para hacer frente a esta adversidad de la vida.
Hilda agradeció a sus vecinos, quienes la ayudaron cuando llegó la inundación, y cada escena de esta situación pasa por su mente porque la marcó para toda la vida.
"Me subí a la casa de mi vecina, en el segundo piso. Me sacó un vecino con una escalera. Me dijo suban, suban. Subimos y me ayuda mi hijo también. Nos quedamos todos mojados. Nos amanecimos así. Todos alerta. Ni siquiera hemos dormido porque el río seguía subiendo", relató.
Precisó que temprano, por la mañana del día siguiente, pudieron salir agarrados de una soga hacia otra casa que se encontraba en una zona alta.
"Una vecina me regaló un buzo (súeter), porque el que llevaba puesto se encontraba mojado".
Hasta el momento, las autoridades peruanas han reportado en las 11 regiones inundadas por el fenómeno climático de El Niño costero 101 muertos, unos 141.00 damnificados, más de 5.000 kilómetros de carreteras destruidas y cuantiosos daños materiales.