El presidente de Brasil, Michel Temer, reiteró que no pretende renunciar al cargo y que "si quieren, que me derriben", tras el escándalo derivado de una grabación en la que el mandatario supuestamente da aval para comprar el silencio de un ex diputado preso.
"Si quieren, que me derriben, porque si yo renuncio es una declaración de culpa", dijo Temer en una entrevista difundida este lunes por el diario "Folha de Sao Paulo".
El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil abrió el pasado 18 de mayo de manera formal una investigación contra Temer, tras conocerse la grabación divulgada por el empresario Joesley Batista, dueño de la multinacional de productos cárnicos JBS.
En una delación premiada con la Fiscalía, además del audio, Batista delató todo un esquema de corrupción en la política brasileña desde hace años.
Temer, quien desde el pasado 18 de mayo ya hizo dos pronunciamientos a todo el país negando las acusaciones, reiteró que no pretende dimitir, porque si lo hace sería interpretado como "una declaración de culpa".
"No, porque yo soy jefe del Ejecutivo. Los ministros son agentes del Ejecutivo, de modo que la línea de corte que yo establecí para los ministros, por evidente no será la línea de corte para el presidente", comentó.
Batista declaró que Temer habría cobrado supuestamente sobornos desde 2010 y que entregó 15 millones de reales (4,6 millones de dólares) para la campaña electoral de 2014, de los que el ahora mandatario se quedó él mismo con 1 millón (307.000 dólares) en vez de usarlos en esa tarea.
Temer negó las acusaciones y sostuvo que "todo fue montado" y que sus respuestas "eran monosilábicas".
Se le preguntó si el escándalo puede afectar a su gobierno y a las reformas que pretende sacar adelante, a lo que dijo que utilizará toda su "fuerza política" estas semanas para la votación de materias importantes, y "tengo la absoluta convicción de que lo conseguiré".
La oposición y varios partidos que forman la base del gobierno han pedido la renuncia de Temer, quien ya ha perdido dos ministros tras el caso.
Al menos 10 solicitudes de "impeachment" (juicio político) han sido enviadas a la Cámara de Diputados, con la intención de realizar un proceso como el que llevó a la destitución de la ex mandataria Dilma Rousseff en agosto pasado, con lo que Temer, entonces su vicepresidente, asumió el cargo.