"Espíritu de Shanghai" crea nuevo modelo para las relaciones internacionales

Actualizado a las 09/06/2017 - 15:00

Palabras clave：

BEIJING, 9 jun (Xinhua) -- Mientras los líderes de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) se reúnen en Astaná, capital de Kazajistán, para la 17ª cumbre del bloque regional, los valores subyacentes que guían el desarrollo de la OCS, el "Espíritu de Shangai", están demostrando una vez más su vitalidad.

Desde su creación en 2001 sobre la base del bloque "Cinco de Shanghai", la OCS se ha convertido en una importante plataforma para mantener la seguridad y la estabilidad regionales, y promover el crecimiento y la prosperidad regionales mediante la profundización de la cooperación estratégica y la confianza mutua entre los Estados miembros.

El fundamento espiritual de la organización, el "Espíritu de Shanghai", se caracteriza por la confianza mutua, el beneficio mutuo, la igualdad, la consulta, el respeto por la diversidad cultural y la búsqueda de un desarrollo común, lo cual contrasta con muchos de los mecanismos y organizaciones occidentales que tenían una mentalidad de confrontación durante la Guerra Fría.

Siguiendo el "Espíritu de Shanghai", la SCO ha avanzado en una vía rápida de desarrollo que es eficiente, práctica y saludable, y ha producido logros impresionantes.

Por ejemplo, ha combatido eficazmente las "tres fuerzas malignas" del terrorismo, el extremismo y el separatismo, ha mejorado las facilidades regionales de transporte y ha facilitado el comercio y la inversión.

Como dijo en abril pasado el ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi, la OCS "ha mantenido un fuerte impulso de desarrollo y ha protegido fuertemente los intereses de seguridad y desarrollo de sus Estados miembros, demostrando su valor estratégico único".

Mientras tanto, la OCS también ha ampliado los intercambios externos con otras organizaciones regionales y globales, y ha cultivado un círculo cada vez mayor de amigos. China cree firmemente que un mecanismo abierto e incluyente inyectará vigor y vitalidad a la cooperación de esa organización, en la salvaguardia de la paz regional y en la búsqueda de un desarrollo común.

Lo que es más impresionante es la próxima adhesión de la India y Pakistán. Los dos observadores de la OCS firmaron el Memorándum de Obligaciones del bloque en junio de 2016, dando inicio al proceso de su adhesión. Se espera que sean miembros de pleno derecho este año.

Su acceso es muy significativo. Entre otras razones, impulsará los esfuerzos regionales en la lucha contra el terrorismo y el extremismo, una de las principales tareas del grupo desde su nacimiento.

Lo que es más importante, indica el creciente atractivo que despierta el "Espíritu de Shanghai" y la creciente influencia internacional de la organización, cuyos miembros y observadores plenos representan casi la mitad de la población mundial.

Como el presidente ruso, Vladimir Putin, dijo a Xinhua en una entrevista exclusiva el año pasado, "la expansión de las funciones de la OCS y el aumento del número de sus miembros la han hecho una organización internacional autorizada y popular en la región y el mundo".

Además, la apertura y la inclusividad del "Espíritu de Shanghai" han permitido a la OCS aprovechar las oportunidades de desarrollo para beneficiar a sus miembros y a la región.

Con todos sus actuales seis miembros situados a lo largo de la antigua Ruta de la Seda, la OCS ha expresado fuerte apoyo a la Iniciativa de la Franja y la Ruta propuesta por China, y las fuerzas complementarias de los dos marcos prometen un brillante futuro de cooperación fructífera.

Todo esto comprueba plenamente que la OCS no es un nuevo Pacto de Varsovia diseñado para mantener un contrapeso hacia la OTAN y Estados Unidos, su camino de desarrollo lo ha demostrado.

Por el contrario, la organización está orientada hacia la cooperación y ha proveído al tumultuoso mundo un nuevo modelo para que diferentes naciones superen las brechas racial y cultural, entre otras, mientras promueven la paz, la estabilidad y la prosperidad.

Por último, su principio de fundación, el "Espíritu de Shanghai", ha ofrecido un enfoque alternativo para tratar las relaciones internacionales y una nueva guía para todas naciones que deseen vivir en paz y armonía.